El rojo paso de la blanca aurora
ha convertido en verde al álamo lozano
y allí en el monte desde el altozano
deja pasar el tiempo a cada hora.
Hay una fina plata de cristal dorado
que el sol alumbra sin demora
y en el valle umbrío de la zarzamora
un mirlo canta al día inacabado.
Sombra. Sombra de verso enarbolado
por la voz del poeta que se enamora
del rojo paso del sol dorado
por el rastro abierto de la amapola.
Cómo no se va a enamorar el poeta del rojo paso del sol dorado,
del verde álamo temblón, del mirlo que canta al día inacabado… del rastro efimero de la amapola !
me has recordado el canto del mirlo , ese que coincide con la luz apagada de la tarde, la hora de volver.
Que bien organizas las letras. Gracias por tus palabras, lo mio fue una chiripa.
Uno de los primeros poemas que yo aprendí, en el cole, fue el de Juan Ramón Jimenez : “amapola sangre de la tierra, amapola herida del sol, amapola…(aqui no recuerdo), amapola de mi corazón” . Este poema me ha recordado esos momentos de aprendizaje infantil.
Me ha conmovido el poema de pinceladas breves, visual acercamiento al momento del alba, con una cuidada estructura cercana al clásico soneto.
Muy bueno, Diesel.
Precioso poema de un gran poeta.Gracias por lo que consigues que sienta con tu maravillosa forma de escribir.Un abrazo paisano.
en verdad eres un poeta, me recuerdas, en cierto modo, a Emily Dickinson
Gracias a todos los que habís comentado. Soisvostors los verdaderamente imoportantes…. un abrazote a todos