Porque no tienen nombre…

Hoy voy a hablar de unas cosas pequeñitas, de esas que a muy poca gente le interesan; de esas que podemos llamar semillas de jazmín o de tomillo o !por qué no! llamarlas anémonas del aire. No importa el nombre que se les dé porque en realidad no tienen nombre sino que son cosas pequeñitas que penetran por los sentidos y se adentran en el corazón. Hoy el sol ha calentado mi interior y unas diminutas gotas como las del rocío de las amapolas han hecho sonrojar a mis mejillas. Significan mucho de felicidad esas cosas pequeñitas que a muy poca gente le importan pero que son capaces de hacerme escribir y hablar de ellas. También las podemos llamar principios de misterio porque, en el fondo, son milagros del alma llenando al cuerpo físico de unas cargas de energía capaces de hacernos sentir pálpitos en medio de la mañana, del atardecer o debajo de las estrellas. Son cosas tan pequeñitas que no tienen nombres y por eso las podemos llamar tal como deseemos en cualquier momento de esta perpetuidad que son las veinticuatro horas del día.

4 comentarios sobre “Porque no tienen nombre…”

  1. Que bonito es recibir esas sensaciones. De alguna forma yo también las he sentido y es verdad que a veces no las prestamos la atención que debiéramos. Y sin embargo siempre están ahí.

  2. Son relevelaciones, amigo diesel. Cuando la vida tenía un sentido menos materilista, buscábamos estos encuentros con el minimalismo revelador. Teníamos razones para escribir, para deducir que en esas minúsculas creación se escondía un misterio. Saludos.

  3. Las pequeñitas cosas que nos llenan de tanto misterio que es obligatorio hablar de ellas, porque son ellas las que nos conforman como personas más allá de cualquier materia física. Las pequeñas cosas del espíritu humano. Gracias por hacérmelas recordar. En las 24 horas del día de hoy haré de vez en cuando pausas para crearme y recrearme en ellas… en las pequeñas cosas que me hacen palpitar.

  4. Esas pequeñas cosas son las que miden el gran tamaño de tu corazón, una mirada de un niño, la sonrisa de una anciana, simplemente observar lo pequeñito eso es vivir de verdad, sumergete en tus pequeñas cosas te lo mereces, un beso

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