Pues claro que estoy casado.

Creer o no creer no es mi problema; porque soy un verdadero creyente cristiano y procuro vivir tal como aprendí de Jesucristo. Así que ante la duda de si estoy casado o no estoy casado es una duda ajena a mí por completo. Pues claro que estoy casado. Estoy casado con mi Princesa (la única novia que he tenido en mi vida y la única esposa que he tenido,tengo y tendré) tanto por lo civil como por lo religioso.

Me casé en la ciudad de Quito (capital de la República de Ecuador) en el año de 1984 después de Jesucristo. Tanto el matrimonio por lo civil como el matrimonio por lo religioso se llevó a cabo durante los últimos días de diciembre de ese año de 1984. Y lo digo con todo orgullo y con total felicidad. El matrimonio civil se llevó a cabo en un Juzgado de la ciudad de Quito, y pocos días después, después de la Nochebuena de 1984 y antes del Año Nuevo de 1985 (o sea entre los días 26,27, 28, 29 y 30 de diciembre de 1984) se celebró mi matrimonio religioso con mi Princesa en la Iglesia de El Batán de la ciudad de Quito, muy cercana a la Universidad Católica. Y tengo el sano orgullo y la enorme felicidad de proclamar a los cuatro vientos que tanto Ella como yo éramos todavía vírgenes. No estoy orgulloso sólo porque ella fuera virgen sino, sobre todo, porque yo también lo era.

Jamás he tenido relaciones sexuales con ninguna mujer salvo con mi Princesa, ni antes de ser novio de ella, ni durante nuestro noviazgo, ni después de casarme con Ella. Jamás he tenido relaciones sexuales con ninguna otra mujer ni la voy a traicionar jamás de los jamases. Estoy casado y unido a Ella hasta la Eternidad. Y, para más señas, hicimos nuestro viaje de Luna de Miel por varias partes de Ecuador, incluida la isla paradisíaca de Jambelí. En cuanto a mi virginidad antes de casarme con Ella es debido a que jamás me han interesado tener relaciones sexuales con ninguna “varilla”. Las “varillas” sólo son para desesperados como Benito. Espero que esto termine de sacar de dudas a quienes las tengan. Creer o no creer no es mi problema; porque soy un verdadero creyente cristiano y procuro vivir tal cómo aprendí de Jesucristo. Lo que opinen los demás no me interesa para nada.

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