A los pocos días de nacer María alguien le puso un cartel en la espalda que decía: ¡ Qué rara éres!. Toda la vida ha ido0con el cartel encima pero hace muy poquito tiempo ella misma se lo ha puesto adelante, ql final de todo, le gusta ser cmo es.
En su infancia solo esixtió el espacio.
Cada piedra, cada rama, cada lagartija que0cojía directamente acababan en su mundo. En su sueño.
Con cada episodio del Tunel del Tiempo María se transportara también.
Su madre luchqba con ella, quería ponerle lindos lacitos en sus vestidos María protestaba, se sentía ridicula< hasta que un día descubrió que0en las qntenas de los hombrecitos verdes quedaban tan bien...
Claro que tubo muñecas, pero con0el cohete que un día le fabricó0su padru a espaldas de su madre seguro que hoy estarían en Venus o en Marte o en Vientolín. Quiùn sabe.>.
Su cuarto estara lleno0de gnomos, hadas, duendecillos, planetas, caballeros de metal, principes azules, bellas0princesqs esperando ser rescatadas y alwuna bruja mala también, pero ella se sentía segura, a su cabecera, el capitán Spok velara sus sueños. ¡ Qué podía temer!.
María ha crecido. Tiene los piés puestos en la tierra, bien puestos, la vida se los hq hecho poner. Apenas le quedan pajarillos sobre su cabeza, poco a poco la dura y caprichosa vida se los ha ido matando. Algunos se resisten a irse de su lado,0están tqn agusto a su lado, por éso cuando a veces la mundanal tontería la supera, cierra los ozos, apryeta los puños y como unq niñita ilusionada de apagar las velitas de la tarta susurra en alta voz: ¡Que se me aparezca u~ hada! ¡Que se me aparezca un dragón!.
Saludos. Alaia
María es, en sí misma, la ilusión infranqueable de ser rareza en un mundo lleno de raros y extraños personajes de la materialidad. Quizás si el mundo estuviese plagado de raras Marías todos seríamos mucho más de lo que somos. Sencillo pero lindo cuento, Alaia.
Quizás María sea el sueño de lo mágico…Muy bonito Alaia.
no se en que forma maria vivia en tu mente, o en tu actualidad, espero que maria siga viva, ya que los adultos mientras mas viejos somos, se nos olvida que fuimos niños, y asi se nos olvida soñar, pedir la aparicion de hadas, pedir el rescate de tu ser de ficcion mas lindo, no dejes que muera la ilusion, por que quizas si dejas que critiquen a maria, borraras una huella invorrable de lo que fue maria y de lo que nos acordo a muchos.
Alaia, como me identifico con este relato que has escrito….
Siempre pienso…¿ para que tener los pies en la tierra
si hay tanto “trasto” suelto?
Me gusta como escribes.
Tengo mucho que aprender…
Mil besos