¿Quién mató a Billy El Niño?

– Yo sólo quiero saber si mi hijo está loco, doctor Madigo.
– Señora Pitaluga, los psiquiatras no somos dioses.
– Sé que ustedes no son dioses, pero sólo me importa la salud de mi hijo.
– Quizás sólo sea un proceso desequilibrado de su adolescencia.
– ¡Le advertí un millón de veces que no leyera tantas novelas del Oeste! ¡No las lee! ¡Las devora!
– Leer novelas del Oeste no es síntoma de locura, señora Pitaluga.
– ¿No sucedió eso con Don Quijote por leer tantas novelas de caballerías?
– Don Quijote es una ficción. Su hijo es una realidad. ¿Comprende la diferencia?
– ¡Un millón de veces he tirado a la basura sus novelas del Oeste, pero siempre vuelve a llenar su dormitorio con esa basura literaria!
– ¿Cómo sabe usted que las novelas del Oeste son basura literaria? ¿Quién le ha contado esa mentira?
– ¿No es basura literaria las novelas del Oeste, doctor Madigo?
– Ni más ni menos que cualquier otra afición exagerada. Un joven adolescente puede volverse loco escuchando música clásica, pero lo normal es que nunca suceda eso.
– ¿Se atreve a comparar la música clásica con las novelas del Oeste?
– Me atrevo a afirmar que el hecho de que su hijo lea tantas novelas del Oeste no quiere decir que esté loco. Esas novelas pueden servir para desarrollar la imaginación y desarrollar la imaginación no es una locura sino abrir espacios a la fantasía de los adolescentes.
-¡Prefiero mil veces que se hubiese aficionado al fútbol o que se hubiese enamorado de una chica!
– Debe usted saber, señora Pitaluga, que por culpa del fútbol algunos adolescentes pueden llegar a convertirse en asesinos y que por culpa de enamorarse de una chica algunos adolescentes pueden llegar a convertirse en suicidas. ¿Cómo llama usted a eso, señora Pitaluga? Querer ser como John Wayne puede ser más saludable que querer ser como Cristiano Ronaldo o que Shakira sea su novia. El funcionamiento del cerebro humano es mucho más relativo y sorprendente de lo que creemos. Su hijo puede ser un genio y no lo sabemos descubrir.
– Lo dudo, doctor Madigo, lo dudo.
– ¿Cómo va con sus estudios?
– En Literatura, Historia y Geografía no tiene ningún problema; pero en cuanto a Matemáticas, Física y Química, nunca las aprueba en junio aunque las aprueba en septiembre. Nunca ha tenido que repetir curso. El idioma español lo domina a la perfección. ¡Cuando no lee novelas del Oeste siempre está escribiendo!
– ¿Qué escribe normalmente?
– Poesía. ¡Es un enamorado de la Poesía!
– Lo cual quiere decir que su hijo es normal.
– ¿Puedo hacerle una visita?
– ¡Adelante, señora Pitaluga! ¡Pase y hable con él!
– ¡Hola, mi pequeño Miguelito! ¿Cómo estás, hijo mío?
– ¡Muy feliz, mamá, muy feliz! ¡Acabo de matar a Billy El Niño y ahora voy a por Liberty Valance!

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