Será que en el fondo todos estamos habitando nuestro espacio frente a otros espacios, inmensos y casi infinitos. Nos agrada sentirnos, en esa diferencia tan especial, únicos e irrepetibles. Nuestro ser sensible nos acerca, en ocasiones, hacia el temor a reconocernos dependientes de la misma vida. Y lo somos. Esta fragilidad nos hace humanos, contradictorios y muchas veces…no mejora ni con la edad ni la experiencia. Existe una inmensa distancia entre lo que creemos ser y lo que humanamente somos. Para muchos puede ser una reflexión conformista…no lo es, prefiero defirnir lo que hoy escribo como existencialismo, de ese que nace de un suspiro. No es verdad que las generaciones cambien a la velocidad de la luz. En vez de cambio prefiero hablar de “acomodo”, de “adaptación”. Como seres humanos nuestra ecuación personal se va resolviendo, más o menos en formas semejantes. Es en las formas donde podemos jugar a la diferencia extrema, aún así alguien ya habrá descubierto esa marca de gomina o esas extensiones hasta los tobillos.
De todas formas creo que nos va a costar mucho no aceptar que estamos frente un Mar, en el que las olas son el resultado de lo que sucede en fondo, allá donde habitan esos otros seres que ven el universo al revés.
Un comentario sobre “Quizá…pensando en Rilke”
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…Soy el intervalo entre dos notas
que sólo con dificultad armonizan,
porque la de la muerte subir más alto quisiera…
Pero, ambas, vibrando en la pausa oscura,
se han reconciliado….
Un beso muy fuerte Grekosay.