RECORDANDO A ENRIQUE

El deporte español está de luto. La repentina muerte de Daniel Jarque, jugador del R,C.D. Español de Barcelona ha sumido a la familia balompédica en una tensa situación de crispación, pena y dolor. Daniel Jarque era una gran futbolista, y a sus veintiseis años era titular indiscutible en su equipo desde hacia varias temporadas. También había sido internacional por España en todas las categorías a excepción de la Selección absoluta, pero era mas que probable que, de no haber sido por tan trágico desenlace, igualmente hubiera logrado el entorchado con la Selección A.

A través de estas lineas quiero enviar mi mas sentido pésame a la familia, amigos y compañeros del malogrado jugador.

En el mundo del deporte se dan, en ocasiones, estas trágicas situaciones.

¿Cómo es posible que deportistas de élite, que se cuidan y viven para el deporte que practican, puedan llegar a morir repentinamente; siendo tan jóvenes y fuertes?

Cada vez que ocurre una de estas desgracias me viene a la mente el recuerdo de mi amigo Enrique. Eramos amigos y compañeros de trabajo y, ademas, compartiamos mas de una afición.

Como digo, eramos compañeros y amigos; y distrutábamos con nuestro trabajo, con nuestras conversaciones, con nuestras familias, y sobre todo con nuestra gran afición al deporte.

En verano saliamos muchas veces a montar en bicicleta por la Sierra de Madrid. En estas excursiones solía acompañarnos Miguel, compañero de trabajo también, que nos sacaba de rueda en cuanto que la carretera se empinaba y empezábamos a subir Navacerrada, La Morcuera, el Monte de Abantos o cualquier otro cerro que se interpusiese en nuestra marcha.

Al concluir el verano comenzábamos nuestra temporada futbolística. Jugábamos al fútbol-sala en uno de los numerosos polideportivos que jalonan la geografía madrileña. Todos los domingos empezábamos el partido a las diez en punto de la mañana.

Aquel día (domingo invernal, frio y desapacible) habiamos acudido a la cita tan sólo cinco jugadores de nuestro equipo y, como a ninguno nos gustaba demasiado jugar de guardameta, decidimos que cada uno ocuparía la portería durante un periodo de doce minutos. Enrique fue el primero en situarse bajo los palos, y allí estuvo aguantando hasta el minuto trece en que efectuamos el primer relevo en el puesto de arquero.

¡Todo sucedió de manera imprevista!. ¡De la forma mas traicionera e inesperada!. Enrique se disponía a sacar un fuera de banda cuando su cuerpo se tambaleó y cayó fulminado. Lo primero que pensé es que se había torcido un tobillo, o quizás había sufrido un calambre. Nos acercamos rápidamente para ayudarle a levantarse, pero Enrique estaba inerte. ¡Parecía dormido! En un principio pensamos que se trataba de un desmayo, pero pronto nos dimos cuenta de la gravedad del asunto. Lo llevamos al hospital lo mas rápidamente que pudimos, saltándonos semáforos y agitando el consabido pañuelo blanco a través de las ventanillas. Apenas tardamos cinco minutos en llegar al hospital. Fue ingresado en urgencias, mientras sus cuatro compañeros permaneciamos en una sala esperando el milagro.

¡No se produjo el milagro!. Después de mas de tres cuartos de hora de espera salió un médico para decirnos que los intentos por reanimarle habían resultado infructuosos y nuestro amigo había fallecido.

¡¡LLoramos, quedamos sumidos en la mas absoluta desesperación!!.

¿Qué le ha pasado?, preguntamos entre sollozos.

-Se trata de una muerte súbita, le ha fallado el corazón; de todas formas habrá que esperar a mañana y, una vez realizada la pertinente autopsia, podremos dar un informe definitivo.

Por ser el único que conocía a su mujer consideraron que debía ser yo el que comunicase a la familia la triste noticia. No puse objeciones, únicamente les pedí que no me dejasen solo, que alguno se quedase conmigo hasta que llegara la familia. (Se quedaron todos)

Pocas veces lo he pasado tan mal en mi vida. No era capaz de controlarme, y tardé mas de cinco minutos en descolgar el teléfono para realizar la llamada. (De este hecho veinte años, y en aquella época ninguno de nosotros teniamos teléfono movil).

Una vez realizada la autopsia el médico nos informoó de que Enrique tenía una lesión congénita de corazón y la tragedia que le sucedió en el día de ayer le podía haber sobrevenido igualmente en cualquier otro instante de su vida. Mari Luz, la mujer de Enrique, musitó entre lagrimas :” Si no hubiera jugado al fútbol no le habría ocurrido nada…”

El comentario del doctor fue rotundo y categórico.

-No lo crea señora, es mas que probable que la practica deportiva de su esposo le haya alargado sus años de vida. Posiblemente de no haber practicado deporte alguno su fallecimiento se habría puducido mucho antes, dada la lesión congénita que su esposo padecía. En realidad el hecho de ser una persona deportista le ha prolongado la vida.

Me quedé con este comentario, y lo guardo en la memoria como oro en paño.Me consoló muchisimo escuchar aquellas palabras.

Estoy seguro de que tanto Dani Jarque como mi amigo Enrique están en el Cielo, esperándonos a todos y pasandoselo muy bien jugando al balompié.

No quisiera terminar sin hacer la siguiente reflexión: “LA PRACTICA DEPORTIVA ES MUY SANA, Y AYUDA A VIVIR MAS Y MEJOR; PERO NO DEBEMOS DE OLVIDAR QUE SUPONE UN ESFUERZO FISICO QUE DEBEMOS DE CONTROLAR. PARA ELLO NADA MEJOR QUE HACERNOS CHEQUEOS MEDICOS PERIODICAMENTE, POR LO MENOS UNA VEZ AL AÑO. (PARTICULARMENTE LOS QUE YA VAMOS TENIENDO UNA EDAD). SEAMOS CONSCIENTES Y NO QUERAMOS SUPERAR NUESTROS PROPIOS LIMITES. NUESTRO CUERPO SUELE AVISAR CUANDO NO ESTA EN CONDICIONES; POR LO TANTO DEBEMOS DE APRENDER A ESCUCHARLE, Y OBRAR EN CONSECUENCIA. POR ULTIMO UN PAR DE CONSEJOS: REALIZAD EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO Y DE ESTIRAMIENTOS ANTES Y DESPUES DE CUALQUIER PRACTICA DEPORTIVA; Y NO DEJEIS DE HIDRATAROS CONVENIENTEMENTE ANTES, DURANTE Y AL FINALIZAR CUALQUIER COMPETICION”.

Nada mas por hoy, gracias por vuestra atención y hasta la próxima.

Un comentario sobre “RECORDANDO A ENRIQUE”

  1. Perfecto tu comentario amigo H20. Perfecto y certero. Totalmente de acuerdo con todo él. Sólo me queda guardar un minuto de silencio ante la muerte de jarque y tu amigo Enrique. Un abrazo. Cumplido ya exactamente el minuto de silencio te cuento una anécdota que me ocurriño personalmente. Jugaba yo entonces en el Deportivo Olímpico de Madrid. Estábamos guardando un minuto de silencionpor la muerte del padre de un jugadro del equipo rival. Al lado de nuestrro campo existía otro donde jugaban dos equipos cuyos nombvres no conozco. El balón saltó a nuestro campos y fue a parar a mis pi0es. Yo estaba guardando el minuto de silencio y no moví ni un sólo múculo. Un jugador de los equipos que estaban jugando bajó airado y enfurecido a nuestro campo (era en los campos cercanos al Cementerio de San Isidro) y me increpó por no haberle devuelto el balón. Preferí un millón de veces antes que me dijese aquel insulto o mofa que romper el silencio por la muerte del padre de aquel jugador rival. Un abrzo H20. !Y verás quen Liga vamos a ver este año!. Saludos.

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