Antiguamente, cuando no tenía derecho a ser un niño pequeño de mi edad, recuerdo que le preguntaba cosas a mi padre…
Muchas veces me decía, me devolvía, un… “Cuando seas mayor”
Cada día al hacerme mayor me iba desengañando.
Algún día dejaré de hacerme mayor, como cualquiera.
El desengaño era y es, en positivo y en negativo, para bien y para mal.
Y escarmentado, me desentendí de preguntar ciertas cosas, y aprendí que el paraíso de los trucos verbales y lingüísticos para sacarse de encima ciertas preguntas y a quienes las preguntan es brutal y enorme, de un gran impacto.
Y muchos adverbios de tiempo después, entendí que cada vez que me hacía eso no me estaba ayudando demasiado… Y que esas cosas suceden cuando más débil eras; cuando menos conscientes eras.
Pero él nunca se ha dado cuenta de tal cosa.
Quizá no tenga que darse cuenta.
Te entiendo, compañero. “Para cuando seas mayor”… ¿y sí resulta que nunca nos podemos hacer mayores porque nunca dejamos de ser niños?. Quizás muchos padres deberían pensarlo.
jajaja. Eso me recuerda a la bicicleta del color no véas que siempre me iban a regalar si aprobaba y que por supuesto nunca tube y eso que aprobaba ehhhhhhh. Besos. Alaia
, y aprendí que el paraíso de los trucos verbales y lingüísticos para sacarse de encima ciertas preguntas y a quienes las preguntan es brutal y enorme, de un gran impacto, pues es de modo patente que por fortuna nunca aprendiste la lección.Cariños.