Uno de los grandes y portentosos prodigios de Hitler fue saber utilizar los medios de comunicación, avanzar sin aviso, llegar y vencer aplicando una sombra poderosa: el miedo y la devastación. No fue un estratega inteligente, sino un actor prodigioso, quizá uno de los talentos más dotados que han nacido en Europa. No debemos separar a Hitler de su “camarilla”, ni podremos comprender nunca la mente de un “Actor” dispuesto a representar su gran “Delirio” en los escenarios del Mundo entero. El reforzamiento de la fuerza de guerra se convirtió en el núcleo de poder que dejó a Europa atónita. Esa fuerza, repartida y estructurada se expandió por el mundo con el único objetivo de adquirir la hegemonía de todo, cuando en realidad, la política alemana estaba reduciada a cenizas.
El poder, en Manos del Partido Nacional Sindicalista actúa sobre un supuesto taxativo: Sólo existe mi ley, mi poder, mi fuerza. Desde esta perspectiva superpongamos los intereses demográficos que actualmente saturan el Planeta. Una guerra no se crea ya por razones de “ingerencia política”: la guerra es hoy una constante encubierta, con muchas variantes, desde la desinformación, hasta el concepto de exterminio masivo en forma de pandemia. Recurrir a una guerra nuclear no valida una guerra, simplemente porque la destrucción masiva del planeta sería una de las peores estrategias que jamás se han tomado. La necesidad y el interés consisten en crear una conciencia de búsqueda de los buenos contra los malos. Si toda áfrica debe convertise en tierra de nadie o el Cementerio más gigantesca de la historia, solamente demostrará que el concepto de guerra no se basa en la lucha del hombre contra el hombre, sino en la destrucción paulatina del sentimiento de seguridad y la rapacidad con la que Hitler, maestro de la más sorprende de las estrategias, se abata sobre el mundo entero.
Como comentaba un poeta del siglo XIX:
“Los tambores de guerra son sólo el anuncio,
la sangre no ha sido derramada. Todavía estamos en el preludio, cuando los tambores dejen de sonar sólo los vencedores escribirán la historia”.
2 comentarios sobre “Referencia Hitler: una guerra para el futuro.”
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Me parece un error poner cerca la palabra prodigio y la palabra Hitler. Se tiende últimamente a “olvidar” lo que semejante imbecil llegó a conseguir. La MANIPULACIÓN de la información, la demagogia y la desesperación de un pueblo llevaron al poder a un demente.
No hace falta reflexionar tanto sobre ciertos asuntos tan ovbios. Lo único que hizo bien intentando solucionar lo de la superpoblación fué pegarse un tiro. La desgracia es que no se lo diese o se lo diesen mucho antes.
Veamos:
Lo obvio no es muchas veces ni lo conocido ni lo evidente. Creo que no hay que confundir una reflexión, donde queda claro que el plantemiento de Hitler fue uno de los más trágicos momentos de la historia. No podemos dejar de lado el que las características personales de una persona le definen. En este caso Hitler fue un prodigio en muchas artes.Por otro lado tu comentario se sitúa en un marco donde para ti todo está dicho y mucho mejor hecho…Evidentemente el tiro. Insisto en que cualquier reflexión, por insistente que sea, puede tener validez ya que nos yuda a no “olvidar”.