El diccionario español dice que el presente es la época en que se está, en oposición al pasado y al futuro, y una reflexión filosófica promovida por el profesor aragonés Ignacio Izuxquieta, nos hace saber que “el presente es un momento de la tensión que constituye la cadena temporal, que mantiene una peculiar relación de cercanía con cuanto vive en él y que ejerce una serie de acciones que toman la forma de huellas y resonancias”. Así que se puede deducir, de ambas cosas, que el presente se caracteriza por tres aspectos principales y simultáneos: un momento muy singular de la sucesión temporal, una intersección con su punto de referencia más inmediato y una posesión de ese punto de referencia. Vayamos por partes.
¿Qué quiero decir cuando hablo de que es un momento temporal muy singular?. Sencillamente me baso en que el presente es un concepto de tiempo y, por eso mismo, siempre que hablamos de él debemos saber que posee un contenido temporal. Todo presente es un momento de una sucesión de tiempo. Es una parte del total de la cadena que constituye el tiempo.
Pero el presente es un concepto que tiene una particularidad (de ahí que sea muy singular) diferente a las que tienen el pasado y el futuro. ¿Por qué afirmo esto?. Porque el presente posee un carácter tensional (es una tensión) que sólo puede ser comprendido a través de la relación que mantiene con los otros dos elementos de la cadena (pasado y futuro). El pasado no mantiene esa relación sino que es en sí mismo pasado. Con el futuro sucede igual. Pero con el presente no ocurre lo mismo porque no puede existir si no lo entendemos como una sucesión temporal detenida en un punto continuo y en permanente movimiento. Es por eso por lo que muchos filósofos han dicho que el presente, en realidad, no existe. Sin embargo, sabemos que su existencia es real. Lo que sucede es que contiene, dentro de él, los elementos del pasado y del futuro. El pasado y el futuro no contienen el elemento “presente” pero éste si contiene a los otros dos. El presente, como es un continuo punto en movimiento, tiene que tener referencias del pasado y del futuro para poder existir.
Es precisaamente esta característica “sui géneris” del presente lo que hace que a veces sea agradable y otras veces sea insoportable. Es agradable cuando dentro de la sucesión temporal a la que pertenece elimina la ansiedad que produce su tensión. Y es insoportable cuando su carácter de intermediario le deja en manos de los otros dos elementos temporales. Esta paradoja es la que hace que el presente sea de tran extrema complejidad… porque el presente es el hoy que se extiende entre el ayer y el mañana. El ayer existe en sí mismo porque ya existió. El mañana existe en sí mismo porque va a existir. Pero ¿qué ocurre con el hoy?. Que no puede existir si no lo relacionamos directa y continuamente con el ayer y con el mañana.
Pasemos al segundo aspecto del presente. ¿Por qué digo que el presente es una intersección?. Aclaremos que se entiende por intersección a un donde se cortan dos líneas, superficies, volúmenes o, en este caso concreto, donde se cortan dos tiempos. Con esta aclaración podemos decir entonces que todo presente es una intersección entre la sucesión temporal y todo cuanto vive dentro de ella. El presente siempre es un concepto relativo y no absoluto como lo son el pasado y el futuro. Es relativo sólo porque quien lo vive lo hace en un momento determinado y al momento siguiente ya no es presente, y también porque es imposible hablar de un mismo presente para dos personas distintas. Aclaro. El presente es siempre muy concreto (el pasado y el futuro son siempre, sin embargo, muy abstractos). Podeemos decir que el presente es una encarnación inmediata de la cadena temporal para una sola persona si tomamos a esa persona como centro referencial de ese presente. Es es lo que yo llamo intersección. Sigo aclarando.
Denominado el presente como una intersección entre el pasado y el futuro podemos deducir que el presente es un punto concéntrio muy utilizado en la vida de un ser humano. Es el “aquí” y el “ahora”. Intersección clara porque el “aquí” es una limitación precisa del espacio y el “ahora” es una fijación precisa en la cadena temporal. La intersección que existe entre esa limitación espacial (“aquí”)y esa fijación temporal (“ahora”) es el presente. Es presente es, por tanto, cuanto ocurre aquí y ahora con respecto a quien lo está viviendo. Esta peculiar intersección es lo que hace que el presente sea siempre algo muy determinado y muy concreto.
ataquemos ahora el tercer y último aspecto básico tratado en esta reflexiön: el de que el presente es una propiedad que nos domina. ¿Cómo aclarar esto?. Intentaré ser sencillo. El presente no sólo se compone de un pronombre demostrativo (“este presente”) que es de carácter general y colectiov, sino que además tiene un pronombre posesivo (“mi presente”) de carácter personalista e individual. Por eso afirmo que el presente es una propiedad de quien lo vive y que, por tanto, encuentra en él un territorio propio y privado.
Ahora bien, esta propiedad tiene también un carácter muy “sui géneris” ya que ni ha sido el presente conquistado ni tampoco ha sido comprado. El presente es algo que tiene un ser humano por el simple hecho de estar vivo. En este sentido tiene mucha relación con “tener una familia”, “ser de un país”, “poseer una cultura”, etcétera. No hacemos nada por nacer en un determiando lugar. No hacemos nada por tener la familia que tenemos. No hacemos nada por hablar nuestro idioman nativo. Pero tenemos una familia, un país y una cultura por el simple hecho de haber nacido y estar vivos. Igual ocurre con nuestro presente. Es como un regalo de la vida por el simple hecho de estar viviendo.
Esta posesión privada, individual y personal del presente de cada uno de nosotros no es, sin embargo, unidireccional sino bidireccional. Quiero decir que tiene dos direcciones al mismo tiempo: el presente es por un lado un objeto de posesión nuestra y por el otro el presente nos posee a nosotros y nos domina. Porque resulta que al ser un objeto de posesión atrapa a quien vive dentro de él. Toda aquella persona que está ahora y aquí viva es una referencia clara y exacta de su propio presente. De este modo, todo cuanto vive ahora y aquí es un presente, algo actual, algo moderno, algo contemporáneo, algo que es propio solamente del tiempo en que vive.
Por último, en relación directa con esta característica de posesión, el presente no sólo es objeto de una doble relación de propiedad (es poseído y nos posee al mismo tiempo) sino que es algo que se posee de modo involuntario e irrenunciable siempre que deseemos estar vivos y no decidamos suicidarnos. Es decir, al vivir el presente nosotros mismos somos ese presente y no podemos renunciar a ello sin perder nuestra vida. Solo con la muerte dejamos de ser presente.
Finalizo ya con una afirmación espontánea: mi presente no es tu presente ni tu presente es el presente de él o ella y por lo tanto el presente de él o ella no es mi presente. ¿Qué quiere decir esta sencilla regla de tres simple?. Que hay tantos miles de millones de presentes en este momento en que está leyendo estas líneas como miles de millones de seres humanos están viviendo en estos instantes en nuestra Tierra.
Se puede decir que no he entendido ni media palabra de todo tu texto, pero es culpa mía seguramente porque me caigo de sueño. De todas formas, está muy bien escrito y explicado pero yo estoy hecha un zote.
Hablando del presente, ¡hay que ver cómo anda el mundo según el telediario de esta noche! No sé cómo puedo adormilarme y no pasarme la noche en vela. Debe ser porque sé que no depende nada de mí, que nada puedo hacer.
¿Pero es que recordáis que haya tantos “conflictos armados” por tantos lugares del mundo y al mismo tiempo?
!Jajaja, carlota!. Vuelvo a insistir en que muchas veces me arrancas la sonrisa. Lo que ocurre es que este texto es muy “denso” y no apropiado de leer cuando se está con mucho sueño. Es la “densidad” del texto la que puede abrumar un poco. pero si lo lees con más calma y totalmente fresca verás que es mucho más sencillo de comprender. Un abrazote, Carlota. Me caes fenomenal. Te diré que el texto es un razonamiento mío sacado después de haber acudido a una conferencia sobre “El presente en la secuencia temporal” dictada por el profesor aragonés Ignacio Izuzquieta.