¿Quién nos iba a decir a los españoles que llegaría un día en que las urnas políticas serían como un erial para nuestras aspiraciones sociales y económicas? Hundidos por culpa de las cargas ajenas nos están saboteando hasta el derecho a la respiración (aunque sea artificial); pero la frivolidad de los políticos es que se toman sus cargos como vacaciones muy bien pagadas. Nos han llevado hasta tener que soportar este reduccionismo de lo vital aguantando el glamur de sus incompetencias. Unos entran y otros salen. Los que entran lo hacen para robar. Los que salen es porque ya han robado más que lo suficiente.

Para construir una nación es necesario amar a esa nación; pero no con la parafernalia de un charlatán inculto y majadero como Maduro en Venezuela (ni tan siquiera sabe hablar) sino con el cuajo suficiente para ser demócratas de verdad y de la verdad. Venezuela se está destruyendo. Ucrania se está destruyendo. España no hace otra cosa mas que estar renaciendo de las cenizas cada día. Puede ser como el Renacimiento florentino pero resulta que lo florentino hace mucho tiempo que ya está obsoleto del todo. Algún que otro carnicero debe abandonar sus prebendas y no estar convirtiendo al pueblo español en carne de cañón de sus propios intereses. Hay roedores que se están comiendo ya el magro mientras han terminado de comerse el queso de nuestras ya exangües existencias. Nos quieren volver a comer hasta el coco.

Que no sea la Segunda Guerra Civil, por favor… no vaya a ser que tengamos que volver a trabajar en un Banco porque no nos quede otra forma de vivir. Que Dios no lo quiera.