Resistencia

Cuando deje de resistirme a pertenecerle resulto que fui realmente libre, tanto propósito tuve de no caer bajo su hechizo que inventé peleas donde no había motivos y problemas donde no había conflictos, entonces, era esclava de mi estado de animo y de la negación de amarle. Un día amanecí con el deseo de dejarme llevar por la marea de ese mar inquieto contra el cual jamás pudieron los remos, me deje seducir y de pronto en mis brazos y sin esperarlo, fue quien se rindió. Que ironía, que ahora que pretende seguir mi andar es cuando camino sin rumbo fijo.

4 comentarios sobre “Resistencia”

  1. Qué paradoja ¿verdad? Así somos los humanos de inestables y caprichosos (y no lo digo por tí, sino por él).
    Hay quien, cuando está dentro, quiere estar fuera y cuando lo está quiere volver a entrar.
    Espero que recuperes tu rumbo. Te lo deseo de corazón.
    Un abrazo.

  2. Me ha llamado la atención esa especie de imagen de “marea” que imprimes al texto. Como los oleajes del mar es la vida. A veces la marea es alta y a veces es baja y algunas veces estamos dentro y quisiéramos estar fuera y, viceversa, desde fuera quisiéramos estar dentro (como te comenta Carlota). Quizás es que los rumbos fijos en realidad no existen salvo cuando las derivas nosw guían a ellos. Parece copntradictorio y sin embargo muchas veces necesitamos esos vaivenes inseguros para encontrar un seguro rumbo.

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