La luz clara del sol que se escapa de entre las nubes oscuras nos embriaga. El sonido de la lluvia y el son de tu respiración me despiertan dulcemente del placido sueño en el que vivía. El suave viento de la mañana entra por una parte de nuestra habitación, y afuera escucho los coches, la gente, la mañana. Veo tu abdomen desnudo subir y bajar, y creo escuchar el latido de tu corazón. La calma de ésta mañana me embriaga, me inmoviliza. ¿Es posible vivir siempre en éste estupor, a salvo del mundo de afuera, que la lluvia borre el pasado y el futuro y todo sea así? Respirar, escuchar, oler, a solas contigo y mis cinco sentidos, sin palabras ni pensamientos, en completa tranquilidad…
Abres los ojos y mi alma, que flotaba lentamente por la habitación regresa a mi cuerpo. Te levantas suavemente y besas mi frente antes de ir al baño. Te observo caminar, alejarte. Te escucho en la cocina y cierro los ojos hasta que el aroma del café me envuelve, y te veo aparecer con una tasa y una sonrisa. Lentamente sorbo mi café mientras tú te asomas pensativo por la ventana, viendo la lluvia caer…
Te pido que vuelvas a la cama pero dices que debes salir por un momento. Te vas y mi alma vuelve a viajar. Me pregunto en el silencio si tú también me has observado dormir, si ves mi pecho subir y bajar con cada respiración, si te envuelve el sonido del latir de mi corazón…
Vuelves, te sientas junto a mí con las cosas que compraste en la tienda de la esquina, el periódico con noticias que hoy parecen ajenas totalmente a mi universo, una revista, un libro, y algo de comer. Estas a mi lado, leyendo, y te siento. Quisiera sentirte siempre así, cerca. Tan cerca como cuando duermes, tan cerca como cuando respiras junto a mi perdido en sueños que no conozco y sin embargo comprendo, cuando tu alma viaja de la mano de la mía a pesar de estar dormido y de que yo este despierta…
Quisiera despertar todos los días así, con el suave viento de una mañana de otoño soplando por la habitación, y el sonido de la lluvia en la ventana, acompañada siempre por tu respiración…
Un comentario sobre “Respira”
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Precioso minirelato del sentimiento cotidiano que produce momentos de placer. Muy bonito, Lala… y muy bien expresado…