Respuesta al colega que ha escrito sobre mates

Elogiado y maravilloso conocedor de todo eso que resulta, en sí mismo, como encontrarse en un aparcamiento y no saber conducir. ¡¡¡No me gustan las matemáticas porque son un ejemplo claro de perfección, de obligación a reconocer la realidad, y sobre todo un invento que tiene la tendencia de ser “exacto”. Dos y dos son cuatro y no sales del agujero.
Luego viene todo el montaje de la trigo, de las ecuaciones, de ese término de la “enésima potencia”, que me suena tanto a nombre grupo hevy de mi barrio. Además creo que las matemáticas siempre son un poco anorexicas, perfectas, preclaras y maximalistas: se reduce a común denominador por simplicación…es una forma de decir: haz régimen para que todo tienda a 0. Las raices cuadradas fueron un experimento vital en el que me perdí. Los quebrados me sonaban a hernias en alguna parte. Las potencias…se mezclaban con conceptos del poderoso cielo. Las ecuaciones…eran como un signo del zodíaco con tendencia acuática. Total que suma, resta, multiplica y divide…todo para llegar a descubrir que el Jedi lleva en su mano un laser de tercera generación, con más megatones que la perífrasis culminatoria que exculpa a pi partido por dos y encima es la difracción de la serie trigronométrica de alfa elevado a la menos uno, que termina cuando se agota la pila y el prota cae de rodillas. ¡¡¡Es una pequeña broma!!! ¿Vale?

2 comentarios sobre “Respuesta al colega que ha escrito sobre mates”

  1. Me has hecho reír unos buenos minutos a mandíbula batiente, Sandy. A mi ni me gustan ni me dejan de gustar las matemáticas pero reconozco que como belleza sí tiene la suya. En eso doy la razón a nanodke. Pero lo del régimen para que todo tienda a 0 me ha hecho sonreír, los de los quebrados que suenan a hernias (a mí me los explicaban como personas que iban a entrar a un quirófano para estirparles algo que sobraba) me ha hecho reir y el resto de tu artículo hasta llegar al agotamiento de las pilas y al prota cayendo de rodillas me ha hecho soltar las carcajadas que aún conservo para hacérselo llegar a los coleguis del barrio que son “enésima potencia elevada al infinito cuando infinito es un ocho tumbado que tiende a la broma eterna”. Gracias por el buen momento… aunque repito que las matemáticas también tienen belleza (no como la de Ornella Muti pero sí una belleza metafísica que ya apasionaba desde los tiempos de Pitágoras y le hacía a éste ensoñar mas que la Cleopatra).

  2. Muy buena reflexión la tuya también, aquí hay que crear polémica jejeje.
    Una de las mayores realidades de las matemáticas, que mas se asemejan a la vida en directo de cada uno, es que cuanto más sabes, más consciente eres de que antes te han engañado como un chino.
    Ejemplo:
    * te tiras el parvulario y la primaria entera sabiendo que 4 – 5 no tiene solución. Llegas a Quinto o a Sexto y te dicen que si, y te enseñan los números negativos. A mi por lo menos se me quedó una cara de idiota de las de antología.
    Otro ejemplo:
    * Sabes a ciencia cierta que las rectas paralelas no se cortan nunca. Resulta que se cortan en el infinito, y otra vez la cara de gilipollas
    Más ejemplos:
    * Sabes que no existe la raiz cuadrada de números negativos… y de repente te meten por banda los números complejos. Incredulidad en el rostro y piensas que realmente Matrix tiene razón, te han mentido tanto que… por qué en esto no?

    Por eso las matemáticas no son tan exactas. Yo os digo que 2 + 2 = 5 (para valores de 2 suficientemente grandes). Y que el infinito existe (es el lugar donde se cortan las rectas paralelas). Y que si divides por 0, el resultado es algo confuso pero, por qué no, exacto (si tienes 3 caramelos y no tienes a niños para repartirlos… cuántos le toca a cada niño? si el que resuelve el problema es metódico dirá que al no haber niños no se puede realizar el problema. El que es listo (y por tanto, exacto) dirá que se come los caramelos y a tomar por culo los niños)

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