La famosa y célebre frase “Sólo sé que no sé nada” (del sabio griego Sócrates). me decepciona por completo, porque siempre la he considerado cargada de mucha hipocresía. Lo explico. Siendo Sócrates el hombre más sabio de su época y uno de los más grandes sabios que ha habido en la Historia de la Humanidad, lo que debió haber dicho (bajo mi punto de vista subjetivo) el sabio, por ser sabio, debió haber sido “Sólo sé que sé un poco”.
Porque todos los seres humanos hombres y mujeres (absolutamente todos sin ninguna clase de excepción) saben siempre algo sobre la vida. Lo que sea. Pero algo. Sería absurda la vida si no supiésemeo absolutamente nada de ella. No hay ningún ser humano que no sepa nada, todos sabemos un poco y eso quiere decir, a su vez, que todos sabemos bastante…
Razonada esta cuestión paso al tema del que quiero escribir.
La vida consiste en darnos continuas respuestas que, inmediantamente, nos producen continuas preguntas. Cada día hallamos respuestas y cada día nos planteamos miles de preguntas sobre esas respuestas. Dudo luego exito podríamos decir.
El día que encontremos respuestas sin preguntas entonces es que ya no tendremos nada que aprender porque simplemente estaremos muertos. La vida sin preguntas es la muerte. Cuando recibo respuestas continuamente dudo y hago preguntas (dudo luego existo) y cuando me muera (que espero que el Destino haga que sea todavía muy lejano ese momento) ya no tendré más dudas luego dejaré de existir en esta Tierra.
Yo ya tengo pensadas dos frases que deseo que pongan en mi tumba: “Nací, viví y morí, luego existo” y “Aquí yace un hombre que supo sólo un poco de la vida”.
Y despedirme de la vida con el título de las Memorias de Pablo Neruda: “Confieso que he vivido”