Superar al día. Ser algo así como una realidad optimista teniendo siempre el estilo suficiente como para liberarse de las traiciones y estar por encima de todos esos adeptos a las doctrinas impuestas. Tener la capacidad de regenerar los momentos instantáneos y comenzar a observarse para ser mucho mejores.
A las tensiones de las cadenas que nos quieren imponer quienes presiden esta época bastante triste hay que responder con no venderse nunca al sector mayoritario y añadir un poco de conciencia para descomponer las dudas que están presidiendo estos tiempos decadentes. Superarse hasta encontrarse.
La primera declaración de intenciones que debemos expresar es hacer el discurso de presentación derrotando a la mediocre realidad con la que nos enfrentamos. Abrir una distancia sideral motivados para superar cualquier síndrome que sufra la sociedad. Recuperar el centro de nuestras ilusiones y ser capaces de liberar nuestras ideas para solucionar el asunto de nuestra existencia atemporal; estar fuera del tiempo para poder cambiar.
Todo puede ser cambiado si en los últimos momentos de nuestras decisiones somos capaces de crear una sucesión ilimitada de ideas que nos traigan el recuerdo de la alegría. Es un principio de autoridad indiscutible. Es como saber tener excelentes recursos anímicos y espirituales para poder desmentir, punto tras punto, lo que invita al aburrimiento. No aburrirse jamás para poder romper las cadenas de tantos altos números de inoperantes que intentan introducirnos en sus áreas de acción. Estar siempre fuera de esas áreas para poder vislumbrar mejor nuestro futuro.
No participar de la fiesta impuesta para no perdernos en el juego de la vida; no participar de la fiesta que ha caracterizado la mediocridad y ser mejores para no ser víctimas de sus dubitativas propuestas. No dudar y conquistar lo que nos sirve para romper esas cadenas de esclavitud hasta convertirnos en los favoritos del futuro ante cualquier clase de rivales. Marcar antes de ser marcados y, con nuestra marca indeleble, poder tirunfar.
Mi abuela materna: Perfecta manera de hacer las cosas bien hechas, nieto. Sabía que lo ibas a lograr.
Siempre pienso y seguiré pensando que todo camino tiene una meta si es verdadero el camino, abuelita. Y el camino verdadero es sólo aquel que rompe las cadenas de la esclavitud diaria.