Los Reyes atraviesan un mal momento histórico. La sangre roja exige más transfusiones económicas que la sangre azul de los yates y los costosos artes de pesca sofisticados. De esta crisis mo se salvan ni los Magos. Malos tiempos para los Reyes. Papá Noel, cuyo abuelo también era republicano, les está comiendo el espacio. La cuesta arriba del próximo enero es más pesada de subir para los camellos que para el trineo de Papá Noel que se les adelanta siempre y llega en diciembre. Para acabar de estropear el panorama a los Magos el billete estará más caro en enero.
Ahora resulta que 64.000 juguetes han sido retirados por la Policía Municipal de Madrid de los escaparates navideños. Casi todos son guitarras, pistolas y muñecas de piezas mal ensambladas que pueden ser tragadas fácilmente por los niños. En la posguerra de nuestros abuelos pasaba algo parecido; los juguetes siempre arañaban porque estaban hechos de latas de envases vacíos del mismo modo que los soldaditos de plomo se construían con balas perdidas de la Guerra Civil. Pero entonces eran tiempos de hambre y un arañazo más o un arañazo menos eran cosas menos trascendentales.
Pero ahora la mayoría de estos juguetes potencialmente peligrosos son de origen asiático. ¿No será éste el famoso peligro amarillo del que nos hablaron nuestros abuelos y abuelas?. Quizás. Yo, para este enero, prefiero regalar libros.
Bonita refelxión, Carolina. Efectivamente, dentro de la ironía socializadroa con la que lo preetnas, hay un peligro de consumismo irracional. Quizás ese era el peligro que nuestros abuelos señalaban cuando veían que la sociedad se iba decantando por el materialismo aislante. Un beso Carolina y Felices Fiestas.