La pecera audiovisual

Durante la discusión, la misma desde hacía años, el grupo intuía que como siempre no llegarían a ninguna conclusión.

Un grupo de teatro ha de estar unido, ¿cómo si no, se puede hacer reflexionar a un público exigente, tan saturado de argumentos, técnicas innovadoras e imágenes estereotipadas?
Ya nada puede hacer remover profundamente las conciencias de las personas, después de la pantalla nada ya puede.
((José, oliendo a alcohol, entra por la puerta y María, que huele a aceite, sale de la cocina) (José la besa con agresividad y María se aguanta) (José se sienta en el sofá y María vuelve a la cocina))

Es cierto, aunque el cine y la televisión han dado momentos de evasión divertida y han llevado temas de interés general a la calle, siempre han reproducido una gran mentira.
Se ha conseguido anestesiar la sensibilidad. Dicen que la realidad supera a la ficción, pero no a estas alturas, cuando la realidad no interesa.
Es que, claro, la gente está harta de las noticias manipuladas y la realidad ficticia; no como en Internet, donde cada cual elige la información que quiere recibir en lugar de dejar que se la metan doblada, como hacen por televisión.
Es verdad que cada cual elige y que en la red está toda la información disponible, pero si la realidad no interesa, ¿por qué se van a preocupar de buscarla entre páginas?
Lo realmente preocupante es que en el vecindario únicamente se comentan, con énfasis, los lances del partido estrella de fin de semana y los entresijos de la prensa sensacionalista o la serie de moda.
Esas conversaciones ocuparán, seguramente, al menos el cuarenta por ciento de las palabras que crucen las personas, al menos el cincuenta por ciento de las personas, de este país; tirando por lo bajo.
¿Cómo puede tener tal poder de unión el que un equipo gane una liga? Podemos hacer una escena sobre lo felices y hermanadas que están las personas durante la semana en la que gana el Madrid, comparada con la semana en la que pierde.
O cuando visita una ciudad la Familia Real, que interesa y es querida. Al fin y al cabo, si en las vidas de la gente son tan importantes estos asuntos, tiene que influir en su estado de ánimo.
((José pide, a gritos, una cerveza desde el sofá a María que escucha la orden, nerviosa, desde la cocina) (María entrega la cerveza a José que la agarra por la cintura y mete la mano entre sus piernas) (María vuelve a la cocina sin mirar a José que nota su nerviosismo y cambia de canal))
Hoy mismo debe haber fútbol.
Supongo que en los barrios y en las casas unifamiliares las noticias que vienen del exterior de las pantallas también son comentadas después de las comidas y las personas se posicionan con seguridad, sabedoras de que están perfectamente informadas de todo cuanto sucede en el mundo. Eso también afecta al estado de ánimo de las personas.
Los periódicos son un caso aparte, se dedican a desinformar. Además, están demasiado politizados.
Leer ya no interesa. Si alguna vez interesó ya se encargaron de hacer circular la prensa gratuita.
Tenemos nuestra re-evolución en la que se prefiere recibir la cultura a través de una pantalla y la información bien mascadita; es como la comida que cuando la comes con los ojos puedes acabar con empacho, pero si te la dan mascada entra mejor y así no tienes que pensar.
Por los ojos es más sencillo. Todo tiene la misma forma, no caben interpretaciones personales, las cosas son como son para todo el mundo.
La sociedad quiere sentirse unida y compartir la misma visión, es demanda. Para elegir cosas distintas ya existen mil complementos; unos parecen más o menos importantes que otros, pero en esta maraña democrática todo se trata de igual forma.
Ya sea desde el cine americano o europeo, las historias llegan todas con el mismo formato y con apariencia real en todo lujo de detalles.
Excepto con cierto cine independiente donde si importan las estructuras de base. Sin música para crear ambientes resalta más el guión.
Es la deformación del Expresionismo. Ahora las palabras no importan, solo los ambientes; las letras se aceptan y los ambientes se disfrutan.
¿Quién no quiere disfrutar?
En las salas de proyección cada persona elige que historia creerse. A las salidas del cine se comenta con emoción la trágica historia de esa persona normal, que todas y todos somos, y sus vicisitudes cuando se enfrenta a la difícil situación en la que se ven inmersos los personajes debido a la guerra, a la ruptura de pareja, o al desarrollo del contexto en el que se plantean las preguntas filosóficas que afectan a la sociedad.
Tenemos demasiado que pensar y demasiado para elegir, demasiado como para elegir o pensar algo adecuado.
Es un poco, como con la música ¿no?
Mucho ruido y pocas nueces.
((José grita por la tardanza de la cena, increpando a María que tiembla) (María explica, desde la cocina, que se retrasó en el trabajo y tuvo que comprar huevos mientras José explica, desde el sofá, lo que deberían hacer al día siguiente) (Al no escuchar respuesta, José se levanta, tambaleándose del sofá tirando la lámpara de la mesa al suelo y María deja caer un huevo al suelo))
Mucho ruido, si, hasta podemos escuchar la película que están viendo abajo. Los vecinos no tienen respeto, luego dicen del botellón.
Desde que existe el Emule hay mucho más donde elegir. Con tanta tecnología avanzada es más fácil que las imágenes y los sonidos entren en las cabezas de la gente con sus saltos de tiempo, efectos especiales y voces en of, como un torrente incontrolado haciendo que el cerebro entre en un estado parecido a la catalepsia; lo llaman estado Alfa.
En el pueblo esquimal las ancianas lloraban, con la llegada de la televisión, al ver a los protagonistas sufrir de amores en las telenovelas. Creían que eran personas reales, como a un niño al que has de explicar que esas personas son actores y actrices, que no están muriendo de verdad. No es tan diferente de lo que sucede a todo el mundo al ver una película, la empatía se estimula frente a la imagen plana.
En tres dimensiones todo es más complicado.
Y más complejo.
¡Ostras! deberíamos de basar la obra en la realidad virtual y hacer una comparativa mediante la estructura del teatro.
¿Sobre Internet?
No, claro que no, Internet no es virtual. Me refiero a las gafas verdes y rojas, que te aportan la sensación de que el dinosaurio va a arrancarte la cabeza.
El teatro es el último reducto de realidad.
En realidad el teatro también es una pequeña mentira y más con las trampas que ponemos. Además estamos también dentro de esa gente de la que hablamos. Somos gente.
Al menos nuestras conversaciones no están vacías.
((José habla, desde el marco de la puerta, a María que, agachada, limpia el huevo roto) (Sabes que te quiero, María. Anda, ven aquí conmigo) (Tras un intento de violación y varios platos rotos, María se refugia en su habitación y cierra la puerta.))
¡Vaya golpes! Deben estar montando una fiesta.
O follando. Desde la existencia del porno industrial y la juguetería sexual, las personas son más imaginativas; pero como no están entrenadas la lían parda al probar una nueva postura. Tiran las lámparas al suelo y las mesas contra la pared.
Bueno, a lo que estamos, que nos dispersamos con mucha facilidad. Tenemos la estructura más o menos clara: sin música, jugando con los dobles sentidos y los saltos, buscando unidad entre todos y todas, involucrando al público y mostrando la anestesia sentimental junto a la mirada de la otra persona. Ahora nos queda el argumento.
Tenemos que encontrar una argumento sencillo, interesante y de actualidad.
Lluvia de ideas:

— ¿Por qué no te callas? — Oriente Miedo — El Real Madrid campeón del Mundo
— Fernando Alonso muerto al chocar contra si mismo de lo rápido que iba
— El movimiento judeonacionalsocialista — Cambio climático — Moda apesta
— Los lideres de la OPEP jugando al Monopoli — El G8 jugando al Risk
— Manifestación de maridos agresivos — Inestrillas se hace Hare Krishna
— Las victimas del terrorismo ponen una bomba en el casco viejo de Bilbao
— Maria Antonia es borroka — Una enfermedad mata al mundo entero
— La violencia desatada después de que el Madrid pierda el Mundial
— La violencia desatada en Francia — Coches molotov — Hambrientos
— Amorexia — El fantasma de Fernan Gomez atormenta a los políticos

¿Visteis el funeral? El féretro iba cubierto con la bandera anarquista. Imaginaos: Fernando Fernan Gomez, Durruti y Malatesta campando a sus anchas por el congreso.
Tal como están las cosas se estarán revolviendo en sus tumbas.
((José, gritando, rompe a golpes de martillo la cerradura y, al entrar, María, llorando, le golpea en la cabeza con una figura de bronce) (Sangrando abundantemente por la sien, José golpea repetidamente la cabeza de María con el martillo) (José se marcha aturdido dejando a María en el suelo y el teléfono descolgado))
Parece una pelea.
¡Joder!, la peña cada vez se pelea con más ganas.
¿Hacemos algo?
Creo que abajo vive una familia con hijos.
Será un chaval agresivo de instituto. Ahora están tan hastiados que saltan a la mínima.
El concepto de violencia desatada lo podemos aplicar a muchos ámbitos de la vida cotidiana, mira el desalojo de la Cañada. Y la pregunta: ¿Qué estructuras desatan la violencia?
Me ha convencido también lo de la violencia desatada.
¿La violencia desatada?
La violencia desatada.
Es tarde. ¿Quedamos mañana? Tenemos casi la estructura y el tema.
Mañana esta bien. Podemos ir al local y hacer una improvisación sobre el tema, para buscar el argumento por grupos de trabajo.
Si se nos ocurre algo o encontramos noticias, poesías y demás, lo llevamos y hacemos un análisis hecho, causa y efecto.
¿A las seis en el kiosco?
A la seis.
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¡Hostia tía! Podíamos llegar por una vez a la hora. Ya son las seis y media.
¿Qué ha pasado que traes esa cara tan seria?
¿No os habéis enterado? Un tipo ha matado a su compañera en mi bloque. En el barrio no se habla de otra cosa. Parece ser que habían alquilado un piso debajo de mi casa hacia unos meses.
Los golpes y gritos que escuchamos ayer…
Si. Discutieron y según dice mi madre, que le ha contado una vecina, que habló con la policía, el tío estaba borracho; aunque la mujer nunca había denunciado malos tratos. El hombre se fue y la mujer murió desangrada por un golpe en la cabeza; bueno quizás murió en el acto.
Si hubiéramos llamado a la policía o bajado a preguntar…
No se…
Vaya…
Podríamos montar la obra sobre esto…
… Podríamos.

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