Si pudiera dar marcha atrás, cuantas cosas dejadas en el tintero rescataría. Podría intentarlo ahora, muchas las haré, pero su tiempo ha pasado.
Cuántos besos, abrazos, cuántos te kiero quedaron en la punta de mi lengua miedosos de ser no entendidos o despreciados. Paralizados.
Si pudiera dar marcha atrás cuántos caminos no escogidos andaría, cuántas esquinas no dobladas doblaría.
Si pudiera dar marcha atrás seguiría siempre mis instintos, mi intuición sin que ganara la razón
Pero no hay marcha atrás,la vida no tiene ésa marcha, si fuese como un coche…
Me encuentro aquí, ahora, fruto de mis aciertos y también de mis errores, llenaré el tintero de buena tinta y dibujaré bellos presentes intentando olvidar penosos pasados. Dicen que el pasado no existe y yo creo que sí, en mí, existe, pesa demasiado.
Un gran freno, una soga que sin asfixiar, aprieta. El futuro es el que no existe, eso bien que lo sé, como frágil marioneta que soy anudo y cuido bien mis hilos para mantenerme firme en un presente, un presente que comienza a ser claro, esperanzador, donde al fin he encontrado un poco de calma. No podría pedir más.
Saludos. Alaia
Pôder dar marcha atrás, Alaia, es un perfecto derecho humano… pero el tiempo es siempre irrepetible a no ser que seamos capaces de encontrar el pasado inmerso en un futuro de ilusiones. En el futuro inexistente también danza la imagen pretérita del pasado que fuímos. Es cierto. Es mejor hacer lo irrazonable si con ello somos capaces de ser felices.