Si quieres herirme de verdad, tienes que aprender a ser más certero: no basta con recurrir a tópicos, inventar frases que nunca he pronunciado, atribuirme descalificaciones que nunca he hecho.
Si quieres herirme, deja salir el niño que hay en tí y busca con cuidado, para asestar el golpe, el arma entre todas aquellas que sin duda guardas desde la infancia.
Si quieres herirme, olvídate de que me crees de la dureza del acero, olvídate de mis tribulaciones pasadas, de las condiciones adversas desde las que supimos construir la paz y la armonía, algo muy parecido a la felicidad.
Si quieres herirme, hiere sin miedo. Lo tienes muy fácil, mi vulnerabilidad permitirá que lo consigas muy fácilmente.
Aquí estoy. Hiere sin miedo.
Carlota!,
Lo leí más de una vez porque pienso que tus palabras son bastante acertadas. Es muy fácil hacer daño cuando se quiere, y sin duda, no hace falta buscar en tan absurdos argumentos como se pueden llegar a escuchar.
La vulnerabilidad también hizo salir lo mejor que hay en ti.
Un beso compañera.
!No permitirán los ángeles bohemios del Vorem que nadie te hiera, Carlota!. Tu sacrificio no es aceptado por el celeste mundo de este planeta… y por eso jamás serás vencida por las ingratitudes de los niños furiosos. No, Carlota. Al Vorem le gustan tus esencias. !Mil besos voremios!. Tu texto es de una honradez tan profunda que solo puedo decir: mi espada está contigo. Quien te quiera herir tendrá que asilarse en el rechazo.
Afortunadamente, no estaba describiendo una herida reciente, sino una que recibí hace algunos años, como tú dices, de un niño tonto. Pero es curioso que a veces recordemos cosas que en su día nos hirieron y nos inspiren hoy todavía.
Gracias por tu apoyo y me alegro de contar con vuestra amistad, espero que la espada no sea necesaria.
Un abrazo.
Gracia, Nasia. Te digo lo que a Diesel, que no se trata de una herida reciente sino que describo sentimientos antiguos.
Me ha alegrado ver vuestros comentarios, ahora que llego a casa después de todo el día de jarana fuera de la ciudad. Calentáis el corazón…
Un beso.
Imposible querer herirte.
No lo permitas. Quizás sea fácil herir, pero mírale a los ojos y dile que no lo vas a permitir.
Un beso.
Tranquilo, Only, no voy de víctima por la vida. Lo he puesto más dramático para hacerlo más literario, pero ya es agua pasada que no mueve molino.
Gracias por tu consejo.
Un beso.