Siguiendo un breve instante

He callado por no estar solo frente al sonido.
No me pregunta el aire si he podido
percibir la voz de alguien,
el devenir anunciado de un mundo nostálgico.
Desde la quietud, la somnolencia clásica declina el poema.
Una profunda levedad augura que el verbo se consume
en intransitivas carencias de reposo.
Hemos de marchar,
tras el hermoso momento en el que nadie dice nada más.

Hoy, ha sido Tú,
mañana la quietud del tiempo dejará tus pasos sobre eternidades
de papel y libros que te llamen.
Suena aún tu voz quijotesca y aterradoramente humana,
repitiendo un poema: los proverbios morales de Alonso de Barros…
“Cuanto más lo considero,
más me entristeza y congoja,
saber que no muda hoja,
queno me cause algún daño…”
Telón.

4 comentarios sobre “Siguiendo un breve instante”

  1. Hacía tiempo que no sentía tu presencia por Vorem y, si, callado, ciertamente callado.

    Un placer, leerte, en este caso, un aire nostálgico, clásico, latino, quijotesco, o más bien, novelesco, y, por último, teatral.

    Se cierra el telón y ¡aplausos!

  2. Saludos:
    La poesía o escribir…precisan de un tiempo de maduración. Tehabitúas a dejarte llevar por un primer instante y no se trata de construir torres de babel. Un saludo y, como siempre, gracias.

  3. La voz de alguien, amigo grekosay… la voz de alguien dando pasos de eternidad en ese momento crepuscular de los verbos que se consumen más allá de los silencio. Tu voz. Mi voz. La voz de él o de ella. Las nuestras y las de los otros, pero siempre en ese breve instante de proverbios donde lo intransitivo se nos vuelve coherente. !Muy bueno, Greko!.

  4. Me encanta dejarme llevar por los impulsos para escribir, de ellos salen cosas fantásticas, pero entiendo lo que quieres decir, es como el tiempo para un buen vino. Lo mejora.

    Bueno,(alzo mi copa) ¡pues a tu salud!

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