Sobre el beso

¿Hay algo en la vida que ofrezca tantos matices como puede brindar un beso?. Esta es la pregunta que se hizo un día el poeta Luis Cernuda. Y es que el beso siempre nos regala una necesidad que debemos cumplirla con la boca, con ausencia de frialdades racionalistas, con el alma puesta como vocabulario. Besar otra mano, otra cara, otros labios… es lo que nos hace precursores de motivaciones para el amor.

La certeza de que un beso siempre es principio para una pasión es aquella parte humana donde el sentimiento queda a flor de piel y cada matiz se reproduce en miles de ilusiones que tienen como fondo común la ilusión, la esperanza, el entusiasmo… porque con el beso estamos presentándonos como seres introducidos en el compás del flujo amoroso. La firmeza de un beso es el debido espacio sobrenatural que siempre nos concilia con la pasión.

Tanto el beso a una madre, a un hijo o a una persona a la cual amamos profundamente, es un acceso a la invitación de las causas no premeditadas porque surge siempre de lo hondo y profundo de nuestro sentimiento. Al besarnos somos capaces de amarnos envolviéndonos en la audacia capaz de olvidar todo lo demás, de sentirnos profundamernte fuera de este mundo de las apariencias. Y es que quizás todo beso verdadero es siempre compañía exacta de un sueño…

3 comentarios sobre “Sobre el beso”

  1. Hay tantos tipos de besos: el de la pasión, el que un niño tuyo te da espontáneamente y te deja boquiabierto, el de la despedida a la madre que se te muere…

    Precioso tu texto y muy, muy hondo.

    Saludos

  2. Saludos Diesel:
    Nació el beso como un gesto nutricio. El afecto, el reconcimiento, la vida…nacen de un acto tan hermoso, tan profundamente sentido. Nos acercamos a ese Otoño tan “literario”. Seguimos profundizando entre la vida y la muerte. Vivir y amar: el verdadero paraíso.

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