Sobre los ríos que no desembocan en el mar

Una de las peores circunstancias en las que se puede encontrar el hombre es la de estar solo,o ni si quiera,la de encontrarse solo.
La vida es demasiado perra a veces,y te da la espalda incluso para prepararte el desayuno.
En algunas ocasiones nos caen las cosas como manzanas de Newton,en la cabeza,y aunque el eco final suena a pedrada,a veces,se obtienen grandes resultados de ellos.
Otras veces,vamos buscando nosotros,vamos sembrando granos de mostaza que pueden caer en terreno fértil o pedregoso.Y a espensas de resultados,estamos solos.
Pero mientras,aunque lo hagamos incoscientemente,vamos sentando las bases de nuestra vida,día a día,minuto a minuto,hasta que un día lapidamos nuestros ideales y nos damos cuenta cuando quizá sea demasiado tarde para cambiar.Y en el cambio hallarás la soledad.

¿No es la vida demasiado corta para dejar de estar solos?
Todos estamos solos,hay amigos,pero muchas veces no es suficiente.
La soledad no debería cansar,no debería de asustar,pues es la forma más primitiva de estado,recuerda que antes del dos va el uno.
Este camino ya ha sido recorrido por muchos antes que yo y para mí la vida es un trámite para encontrarse a uno mismo,es como “EL RIO QUE NO DESEMBOCA EN EL MAR”,y sirve para conocer nuestras limitaciones,nuestras virtudes y defectos,nuestro ser;¿y si realmente,uno no llega a conocerse del todo,cómo vamos pues a conocer a nadie más?
Mejor vayámonos conociendo a nosotros mismos,en nuestra propia soledad,para ver no nuestro interior,si no nuestra olvidada espalda…y donde acaba.
Intenta conocer lo peor de ti,lo bueno seguro que te lo sabes de memoria,intenta verte en la peor de las situaciones…solo.

Un comentario sobre “Sobre los ríos que no desembocan en el mar”

  1. !Hola, crix!. !Un besote!. Hay ríos que van a dar a la mar y allí es su consumir. Hay ríos, sin embargo, que no desembocan y se quedan en la meseta y allí es su pervivir. La soledad es parte de nosotros mismos… pero estoy seguro de que la compañía es una suma de soledades que se fertiliza en esa meseta de la pervivencia. Conocernos a nosotros mismos es la mejor manera de fluctuar en esta vida tan extraña que la Naturaleza nos ofreció. Conocernos y conocer lo que nos rodea y entre ello a quienes nos rodean. En nuestro interior es, sobre todo, donde radica la mayor parte de nuestras experiencias.
    !De nuevo un besote, crix!. !Muy bonita tu reflexión!.

Deja una respuesta