Socorro!!

A diario me pregunto cuánta gente estará en una situación parecida a la mía.
Lo pienso y me siento egoísta al desear no ser la única.

¿Cuánta gente estará sola en esta ciudad?
¿A cuántas personas se les revolverán las tripas a la hora de la cena de pensar que otra vez cocinan solo para uno? ¿Cuántos decidirán abstenerse y acostarse con el estómago vacío de sopa y lleno de pena?
¿Cuántos de ésos que pasean a sus perros por mi barrio todas las noches no tendrán a quien contarle cuando lleguen a casa si hacía demasiado frío para lo poco que se habían abrigado?
¿Dormirán toda la noche del tirón? ¿Habrán perdido ya la costumbre de dejar un lado de la cama siempre disponible?
¿Hay más gente que saca la bolsa de basura a medias a pesar de llevar cinco días puesta en el cubo?
¿Cuántas de las personas que me cruzan la mirada cuando vuelvo de trabajar desearían no dormir solos esa noche?

4 comentarios sobre “Socorro!!”

  1. Este grito sobrecoge sobretodo por la soledad que destila. A veces siento la necesidad de sentirme en soledad y eso creo que no es malo, pero leyendo estas frases, a partir de ahora, lo desearé menos porque ha sido una bofetada de realidad que padecen, cada vez más y sobre todo en grandes urbes, un sinfin de personas.
    Saludos desde Tenerife y ánimo, piensa que no estas tan sola, muchos desde la distancia te acompañamos leyendo tus letras, siempre hay que ver el lado positivo aunque a veces cueste.

  2. Precioso texto donde has recogido un verdadero sentimiento sobre aquellos seres humanos que se quedaron solos y atrapados entre las cuatro paredes de su habitación. Soledad de soledades. Es entonces cuando llegan los recuerdos de cuando tenían a otro ser humano para dialogar por las noches… esas noches que nos llenan de insomnio y quisiéramos compartirlos pero nadie más que un ser humano solitario -o solitaria- queda en la habitación sin poder hablar con nadie… anque sea solamente de cosas tan triviales como importantes como, por ejemplo, hablar de nuestros propios lenguajes humanos, de esas cosas trascendentales que no son productos de la transcendencia pero que también llenan nuestras vida. ¿Cuántos seres humanos estarán, esta misma noche, asomados a la ventana de su solitaria habitación por ver si alguien pueden escucharles o, tal vez, sentirles de alguna manera. Soledad de las soledades. Abrir la ventana de par en par, tumbarse en la cama, escuchar una canción y… mirando a las estrellas… recordar… recordar cuando tuvieron a alguien a su lado con quien compartir asuntos, temas, diálogos para superar esa soledad que se incrusta en el alma. Entonces sólo queda pedir socorro a esas estrellas por ver si alguna de esas que llamamos fugaces se llevan nuestra soedad hacia algún espacio que se llene de sonidos y nos sirvan de respuesta a la canción que estamos escuchando en la solitaria habitación. Un abrazo amistoso. Gran texto.

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