Se prolongan las horas vividas en el caudaloso sentir del desembarco de las emociones. La travesía de los sueños siempre tiene y mantiene recuerdos de playas doradas, ecos de un inventario que enriquece a esa persona que todos llevamos dentro, fondos de ilusiones movidas por el vaiven del tiempo, sonrisas en el atardecer (cuando la luna empieza a besar nuestros sentidos) y una nueva promesa que se refugia en la realidad de los soñadores solidarios de la luz.
Escucho la voz del murmullo de plata; ese murmullo que prolonga sus ecos dentro de la conciencia. Y entonces llega el destino para seguir amando la verdad y de verdad. ¿Es la verdad una consecuencia del amor? Las voces internas reproducen el mapa anímico de nuestras emociones. El amor nos conduce, una vez tras otra, al recuerdo de aquel nacimiento en donde comenzamos a ser personajes de nuestro propio idilio con las aventuras de este vivir en medio de los oleajes de los sentimientos. Es inagotable nuestro propio sueño en este vivir de forma tan natural como la luz que brilla en las pupilas de los ojos que amamos.
Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones.
( de Lucio Anneo Séneca).
El odio es la venganza de un cobarde intimidado (de George Bernard Shaw).
La inteligencia no nace de la pasión sino de la compasión y no vive en la razón sino en el corazón (de José Orero De Julián “Diesel”).
Cuando no se quiere demasiado, no se quiere lo suficiente (de
Bussy-Rabutin)