Sonrisa timida.

Entró al vagón tímida como una niña y con su rostro envejecido regalando una sonrisa dulce al extraño que ni la ve pasar con su bolso pegado al pecho para ocultar lo poco que lleva tras una larga vida por contar.

¿Por qué los niños envejecen?…los niños corren, juegan e imaginan el futuro pero también terminan y llegan cansados al vagón del tren…

Ví como sus ojos caían vagos al suelo y sus mirar perdía la razón para seguir imaginando un mundo libre de años y de adiós a quien de verdad amó.

Mírame, que creo poder llegar a ti y entender que seré como tú y que mi pelo será blanco como la nieve tras el sol de la juventud. Pero… ¿ no es bello también caminar despacio por Madrid?. Caminar sabiendo que aun estás y que tu día sigue encendido como la llama de mi vela.

Que tierna edad aquella en la que uno vuelve a ser niño, que tierna edad aquella en la que tu equipaje está lleno de corazón.

No, no estés triste y alza ti mirar para mí y déjame observar ese mismo brillo de tu reír calmado al pasar por mi lado sin saber y sin más.

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