Soplo en las yemas

las rabias reemplazan toda idea,
los espasmos se hacen baile nacional,
el cambio no es más que abrir o cerrar los ojos. no más que lograr captar las mínimas diferencias esas.
El dolor no deja avanzar, los huesos son enemigos y las carnes papel húmedo,enmohecido.
la música son mis gritos, brotando desde las paredes y retumbando en la boca, saliendo lloronas, afiladas.hirientes.
La comarca es fiel, manos, mis fantasmas y forasteros de otras locuras me acompañan en el viaje

los pasos son lentos y acotados en el umbral de las fronteras blancas y esteriles.
las paredes son gigantes.Amables que abrazan cuando mis realidades se hacen débiles
ensimismado rumbo mis tropas hacia el ocaso, el infinito y el fin de los universos
Cuerdas disonantes cantan canciones de ruta, marcan espacios vacíos dentro del ciego Nada en el mar del cielo
Suprimiendo todas las enemistades caemos juntos,caigo solo, reviento junto
a mis monstruos y correas, a mis sabanas y arteros nudos.

Te disparo lo que estas leyendo confundido y absorbido por mis letras las que dibujo en estos momentos con
mi saliva negra en tu mente y se esparse, se apodera y difunde como sentimiento o enfermedad, te hace frágil y te doblega ante mí, ante lo que yo desee o te imponga a pensar, puedo estar encerrado, muerto, triste o cancerigeno pero en este pequeño instante en el cual pronunciaste en tu mente la ultima frase, ya me apodere de ti, te comi el alma y bote los restos.Juicios?,reflexiones? la utonomia la perdiste.Esos cánones son esquinitas dobladas de una pestaña tuya en el bolsillo, bótalas.
Comenzamos hablando de mí, ahora nos queda quemar todo rastro, nos queda borrar tus heridas y lavar las entrañas, vuelve a tu pequeño hogar de procesos conmensurables y limitados universos, ese mismo del hambre el sudor y las sangres.
Al cual te aferras para no irte por el orificio de esta O o dejarte atesorar en los pliegues de una PALABRA
cierra ya tus ojos, descansa tu miserable existencia y respira eso que te rodea.
YA te he fulminado con mi pistola, de dedos.

(soplo en las yemas.)

3 comentarios sobre “Soplo en las yemas”

  1. Veo el camino del guerrero, harto , loco que se levanta de su cama de locura desatando sus correas y el hipnotizador que se hace con mi mente adueñandose de ella y haciendome olvidar, dominandome. Y haciendome ver su mundo y sus ideas. Lo siento. Y también siento el humo de la pistola de yemas disparada, cinco tiros como si de un tambor de revolver se tratara.
    Me gustó mucho el texto.
    Un saludo.

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