Madre Tierra a ti canto las palabras sagradas del indio,
del sabio, del oriental de ojos rasgados.
No llores, no sufras, no alces tu ira contra los humildes.
Eres la inmensidad donde nacemos y reposamos.
Tú nos otorgas la vida y nos ofreces la muerte.
Eres la inmensidad del sueño y el despertar de los astros.
Contempla a tus creaturas como seres temerosos,
porque no te merecemos en tu grandeza creciente.
Al Norte pido que te colme de gozo,
al Sur, que su calor te calme,
al Este, que tu redondez culmine en preñez eterna
y al Oeste, que los Océnos no sean tus lágrimas de tristeza.
Agua, Tierra, Aire y fuego,
conjuntados en la palabra sagrada,
alivien tu dolor, Madre y Cuna,
puerta del Devenir, Morada del Descanso.