Ya nos falta poco
para echarnos a llorar,
la primavera se acerca; está.
Ahora recuerdo cosas que perdí atrás…
Y que no volverán
puede que no ahora, quizá jamás.
El reloj vuelve a marcar las doce: está.
siento que, tras este tiempo, todo lo hice mal…
Ya se siente el viento,
acariciando el rostro, al borde del precipicio.
Todo pasa por delante, por instantes.
Y caigo, caigo… y no me vuelvo a levantar.
La vida es caer y volverse a levantar. Aunque el tiempo pase y dejemos atrás ciertas cosas, el camino siempre nos hace encontrar otras nuevas cosas.
Levantarse… !he ahí la cuestión, Ismael!. Levantarse para volver a caer en el mismo precipicio amoroso de todos los días. Me impactó.