Te odio porque a todas horas pienso en ti y tú ni siquiera me recuerdas.
Te odio porque no puedo olvidarte y tú no demuestras amarme.
Te odio porque mi alma se ha quedado vacía de tanto amarte.
Te odio porque te miro y aún me sonrojo.
Te odio porque vive en mí un deseo que tú no sientes.
Te odio porque todo mi amor es sólo indiferencia para ti.
Te odio porque ni una lágrima te mereces y por ti las he llorado todas.
Te odio porque mi locura por ti se queda en amargura.
Te odio porque para mi fuiste todo y para ti yo no fui nada.
Te odio sobre todo porque, aunque lo desearía, ni odiarte un poco puedo. “
3 comentarios sobre “te odio”
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Te odio!
Cada día me entero de algo nuevo.
¿Lo que yo quiero? Que desaparezcas , sí , suena y es egoista pero tanto es el desprecio, las malas caras , que no pierdo la vista..
No será la primera ni la última vez si lo que hago es tragarlo todo y comenzar de cero,
y mis flores me darán la espalda y me despreciarán si es alejarme de tí lo que espero.
Tanto presumes de buena persona, pero algún día los demás chocaran con la verdad que por mí alma se asoma , y no , no habrá temor, estaré allí para curar y proteger a ellos del dolor.
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Mucho odio contenido llevan tus palabras. Desenpólvate y deja de sentirlo.
Un abrazo.
Estoy totalmente de acuerdo con los que opina Wersemei.
Las personas muchas veces sentimos odio, sentimos impotencia, rencor, bronca, rabia… son sentimientos,si bien oscuros, propios de nuestra condicion humana. Pero, por que el odio, nos preguntamos, el odio por todo lo que no ocurre, por lo que no sucede de la manera que mas nos gustaria…odio por el amor desamor, por las partituras de una inexistente y delicada nota escurridiza, odio por sobrevolar latitudes incomprensibles, por querer que sea, por no ser lo que anhelamos…
por todos los fracazos las derrotas y las luchas
ese odio que aun resignificamos porque existimos,
ese odio que opuesto al amor, va de la mano, y le acaricia la memoria como rayo tibio de luna y madera.
odios para convivir, para desechar, para olvidar, para escrujirnos el alma,
para rebatirnos, para ser hombres y nombres.
el odio es hijo del dolor,
y el dolor contigo, pasará
un cálido abrazo