Todo es verdad, menos el odio. Lo dijo Luis Cernuda y yo me lo creo. El odio es siempre una mentira: una mentira interior o exterior. Una mentira que nos ponen ante los ojos del alma nuestros sentimientos enfermos, o una mentira que nos cuentan los otros para que miremos a nuestro hermanos como enemigos y deseemos su mal. El odio es una mentira que nos confunde y que nos separa, que nos hace ver contrarios donde sólo hay hombres y mujeres como nosotros y que nos lleva a la muerte por la falsa senda de la violencia y de la guerra. El odio es una mentira. Lo sé porque he visto que sólo los falsos son capaces de odiar. Los auténticos comprenden y aman.
lo dijo Cernuda y habló sobre ello ayer Jesús Quintero,
Amiga Alexis: el odio es la mayor mentira que produce la envidia. Sentir odio hacia las circunstancias de cualquier humano es la enfermedad del alma de quienes no viven en sí sino para sí mismos. El odio separa al ser humano de su propia naturaleza y lo deja inerme de contenidos salvo el de la desgracia de lo destructivo.
El odio no es ni sentimiento, el odio es una enfermedad para la cual no hay mas medicina que un viaje hacia uno mismo y enfrentarnos con él con amor, mucho amor y entendimiento.