Traidor,
que todo te llevaste
que todo fundiste,
que por no vivir no dejas
que viva por no morir.
Traidor,
que besas y vibras
a la sombra de otro nombre,
de otro ser que salió de
brava y apasionada tempestad.
Traidor,
llévate de mi el dolor,
llévate de mi el ayer,
el todo que sentí
y la nada que me queda.
Traidor,
olvídate del vapor,
de este manso calor
que salido del corazón,
te entregué por devoción,
por amor.
Y déjame ya,
déjame valiente traidor,
déjame escapar del fracaso
que humilló mi dicha.
Traidor,
jamás seré tuya,
jamás mi piel desnuda,
entregará su aire,
a ese ingrato beso
que no me diste,
que hoy maldigo,
que lamento haber rendido
a la suerte del olvido.
Traidor,
puro traidor,
olvídate de mi,
olvida la candela,
los secretos,
la mirada cómplice
e ingenua,
que creyeron en ti.
Y vete…
que ahora quiero vivir.
Ser de amores blancos
prisionera para siempre,
dueña de un querer,
sobre sábanas suaves.