Como tenerte de vuelta y regresar a la vida
como revive un muerto, quizas siendo un egoista
pero hay que seguir y seguir cambiando
Cambiaré de corte de pelo, de look, de filosofía
pero como se cambia de piel y peor de lo que ella envuelve
Un deceso que al matar va muriendo
y un amor que al no apagarse va matando
Matándome y al mismo tiempo cambiándome
pero hay mañana y no soy Medardo Angel Silva, Dávila Andrade,
y mucho menos Hemingway, ni Storni, ni Woolf, ni Plat, ni Pizarnik.
Soy Mena y con esto tengo bastante, estoy vivo y con esto no
tengo nada porque ya no te tengo.
Es triste negar a la vida por haber puesto
todo de ella en una persona limitada, cambiante,
insuficiente, inconstante, en fin en una persona.
En un ser humano, en un ser divino, en el que fié toda mi fe
y hoy no me arrepiento de haber amado tanto
pero si de haberla perdido y el sólo hecho de aceptar esta lección
me va a hacer amarme primero y más a mí.
Talvez por eso no refleje un amor puro y no amé bien;
son tantas cuestiones que hoy florecen y tantas respuestas sepultadas.
Como dice un amigo, perdón por la tristeza y como dicen otros tantos,
no me dejes o yo no pienso rebajarme, ni pedirle ni llorarle…
desde mi triste soledad veré caer las rosas muertas de mi juventud.
Pero encenderé una vela, una veladora, un velorio, un velatorio y cantaré
un pasillo y un tango que cuando mueran en mi voz,
te harán canción y poesía y pintura y hasta la mejor escena
del mejor acto que nunca olvidaré. No porque no quiera
sino porque ese es mi apasionamiento por la vida
y no soy de plástico y aunque en ausencia y distancia
seguiré y seguiré cambiando hasta que no muera yo sino otro
otro que será totalmente distinto pero con el mismo amor que
sólo te tuve a vos.
Y aunque otros admiren contemplen a esa expresión de arte,
a ese paisaje y hasta lo cambien en esencia; de nadie será
la esposa sólo de mi aunque quisiera repetir una nupcia.
Y yo te dije como dice Brel y te lloré como lo hace un hombre
y sembraré mis pies bajo tierra no para fenecer sino para retoñar
y estar bien y esperarte intacto hasta tu vuelta. Te amo
Ligia Omaida Morillo Herrera, y quiero que lo sepas y que lo sepan
mis amigos de vorem que de seguro me darán un aliento.
Ycuando llega la noche para que el cielo arda el rojo y el negro acaso
no se unen?
2 comentarios sobre “un amor, una muerte y un mañana”
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Es triste negar a la vida por haber puesto
todo de ella en una persona limitada, cambiante,
insuficiente, inconstante, en fin en una persona.
En un ser humano, en un ser divino, en el que fié toda mi fe
¡Perdón! En el último comentario puse tu texto como cita y se me olvidó poner el resto ¬¬ iba a poner lo siguiente: Esto es muy cierto.