Sucede, amigos y amigas del Vorem, que el año 2008 durará un segundo más de lo normal. Al llegar las 12 de la noche del 31 de diciembre de 2008 hay que contar regresivamente “tres… dos… uno… uno…” porque resulta que la medición del tiempo anual en la tierra no es milimétricamernte exacta y, alguna vez, hay que añadir algún tiempo más. Este año se ha acordado que se aumente un segundo. A las 8.00.00 de la Hora de Beijing todos los relojes del mundo tienen que ser atrasados un segundo.
¿Por qué se produce esto?. Por dos causas principales: una de ellas es que la rotación de la Tierra alrededor de su eje es cada vez más lenta (se sabe que se detendrá dentro de muchos millones de años) y otra es que la velocidad de los “nonosegundos” de la rotación de la Tierra algunas veces es frenada por los fuertes vientos que soplan contra las cordilleras montañosas.
El caso es que este año viviremos un segundo más de lo habitual. Es como si un árbitro cósmico añadiese un segundo más a la duración de nuestro partido anual. La tablilla de tiempo añadido nos dará un segundo más para terminar de tragar la última de las 12 uvas de Nochevieja.
Algunos disfrutarán este segundo para aprovechar un poco más la alegría o para hacer un segundo más el amor con su pareja, para convencerse del “milagro” de la vida o para recuperarse de las fatigas del 2008.
A algunos también les podrá dar tiempo a nacer y también otos tendrán más tiempo para morir dentro del 2008. En definitiva un segundo más, en esta vida, de pop onírico melancólico para despedir al Viejo.
En un segundo puede ocurrir lo más importante de nuestras vidas. Por eso cuando llegue el segundo extra de fines del 2008 lo viviré entusiasmada y con gran intensidad. Abriré y cerraré los ojos y todo el mundo se habrá transformado.