Besaré tu cuello,
mientras mi cabeza,
se pierde entre tus hombros.
Con un dulce beso,
que deje algo de mí,
o más de lo que he sido.
Sentiré tu piel,
estremecer de ganas
en fundirse con la mía.
Y en ese nomento,
verás la realidad
que se ha perdido.
Pasarán los días,
con tristezas
y como no con alegrías,
y al alzar tus ojos,
oirás mi voz junto a tu oído,
con palabras tiernas,
prendidas en tu mente,
por faltarte tiempo,
de vivir solo el presente.
Es entonces cuando,
vivirás con miedo,
preso del tormento,
y al sentarte en tu sillón…
verás como tu vida,
se reduce sin remedio,
a un solo momento…