Asirse a migajas de la savia,
Es sucumbir ante el deseo
De ser feliz.
Tus ojos, tu nariz, tu piel,
tu cabello, tus piernas,
tus caderas, tus pechos.
Todo aquello fue tan solo un
espejismo de mi conducta
que pretendía converger con
la felicidad.
No hay decisiones duras,
si no mentes débiles,
¿el por que?
Es difícil explicar;
sin embargo es mejor así,
corresponda por ser distinto,
o por infame, es igual.
Aquello que se sujeta al
alma; nos apresa al afán
de conquistarnos.
Falle, fallaste, fallamos…
Di poco, o quizá, demasiado;
pero es mejor así, no tenemos la
culpa de que no haya funcionado,
no tenemos derecho de juzgarnos.
Tu en tu viaje, yo en mi andanza,
y ambos desde lejos, cual problema
que logra zanjar: sanamos nuestros
espíritus.
¿Por que llorar?
Si no hicimos nada mas que intentar,
no marcho como debió, pero prospero
en su debido tiempo como fue
pre destinado tal vez, por algo mas
poderoso que no podemos entender.
No es que no me importe,
no es que no me duela,
si me implicas,
y si me lastima.
Pero la vida no debe ser agonía,
si no felicidad, y ambos aprendimos
juntos una lección maravillosa que
nunca, o casi nunca volveremos
a rozar.
Si por alguna razón el azar
nos reúne nuevamente,
de la manera en que aprendimos
a fallar, aprenderemos a acertar.
Ademas, si fallamos en esa conjetura;
no deberíamos lamentarnos tampoco,
pues esa seria nuestra peripecia.
Mi desicion, es:
no seguir a tu lado, puesto
que me has demostrado ser una persona
que no merece mi amor, ya sea
que el mundo lo vea distinto,
yo por mis motivos,
se que no mereces mi amor.
Es, mi desicion.