West St¡ory USA

Hacia el año 1700 de nuestra era, los primeros pobladores blancos de América del Norte eran granjeros y plantadores de origen anglosajón y neerlandés, quienes fundaron las 13 Provincias de Nueva Inglaterra en el Este de los actuales Estados Unidos cuyos límites llegaban hasta los Apalaches.

Ya en el siglo XVIII arribaron emigrantes procedentes de Irlanda, Alemania y los países de Escandinavia quienes, huyendo de un sinnúmero de complicaciones en sus países de origen, se extendieron por Vermont, Kentucky y Tennessee y a finales de dicho siglo abrieron 4 rutas. A saber:


a) la ruta de la región de los Grandes Lagos,
b) la ruta de la región de Indiana,
c) la ruda de las verdes tierras de Kentucky (siguiendo las huellas iniciales de Daniel Boone), y
d) la ruta de la región de Tennessee.

Inicidas por tramperos ansiosos de vida y ávidos de sol (a carro los más pudientes o a pie los menos pudientes) fueron seguidos por pequeños granjeros que buscaban tierra donde habitar, empobrecidos como estaban al ser recién llegados sin recursos suficientes.

Todos ellos tuvieron que luchar con los indios nativos y de éstos aprendieron la preparación de las tierras y la caza de bisontes. En pocas generaciones más (aprendido el cultivo del maíz de los indios y con las técnicas de suecos y alemanes para construir viviendas) se propagaron hacia el Oeste.

En 1787 surge la primera política nacional sobre estas regiones y aumenta el atractivo de las mismas. Son leyes sobre el reparto de las tierras y la igualdad de oportunidad para poseerlas en propiedad.

Mientras tanto, incluso ya antes, al otro lado del Oeste, en la costa del Pacífico, habían iniciado la evangelización hispana hombres como Calvillo, Vizcaíno, Portolá, Fages, Anza, Ayala y los misioneros de la región de California. Quedaba, por lo tanto, una franja ancha en kilíometros cuadrados para ser poblada por los blancos.

Allí vivían, diseminados por todo su contorno geográfico, muy diversas tribus como algonquines, hurones, menomini, iroqueses, etc, en el NE; natchez, creek, cherokees, seminolas, etc. en el SE; taos, navajos, apaches, zuñis, hopis, etc. en el SO y paiutes, soshones, nez percé, maidu y miwock, entre otros, también en lugares cercanos al SO. En las Grandes Praderas existían grupos nómadas de crow, arapahos, cheyenes y comanches, dakotas o siux, idahos, omahas… y así fue como cerca del año 1700 había unos 700.000 indios en el Oeste de América del Norte, donde habían llegado, entre los años 20.000 y 25.000 a. JC., atravesando el Estrecho de Bering.

La conquista, de esta forma, fue profundamente trágica para las nacionalidades indias, aunque se diese la paradoja de que éstos poseían una cultura mucho más espiritual que la de los blancos invasores. A veces había indios que se levantaban en armas y peleaban guerreando, pero su exterminio fue casi total. Es por eso que, historiadores franceses (aun teniendo en cuenta que los indios estaban a veces a favor de Francia y otras veces en contra en sus luchas con Inglaterra en el Canadá), han reconocido que la colonización hispana del resto de América fue muchísimo más humana para con los indios.

A fines del siglo XVIII, la marcha hacia el Medio Oeste fue iniciada por exploradores y, nuevamente, ávidos tramperos; a los cuales les siguieron expediciones aisladas en detrimento continuo de las etnias indias. Invasión a tiros a la que siguió la invasión del ferrocarril. Fue esta desesperación india la que desató guerras, enfrentamientos y conflictos entre “pieles rojas” y “rostros pálidos”.

El paso decisivo para esta nueva colonización lo dio Thomas Jefferson que había puesto sus ojos en el estado de Luisiana -el cual compró a los franceses por el irrisorio precio de 15 millones de dólares- que era región que abarcaba desde México a Canadá. La compra se efectuó en 1803. Era un territorio lleno de desiertos, páramos y llanuras resecas; pero estaba cubierta de praderas repletas de hierba e islotes de fauna que, como los mapaches, las marmotas y las nutrias, eran animales con pieles muy apreciadas por la peletería de Inglaterra y las altas clases sociales de los Estados Unidos.

De 1805 a 1807, el teniente Zebulon Montgomery Pike se hanzó hacia las Rocosas y coronó la cima del Pike’s Peck antes de inaugurar la ciudad de Santa Fe (entonces en territorio mexicano). Por su parte, Stephen Long se lanzó hacia el río Arkansas. Pero fue Jedediah Smith (un cuáquero muy piadoso) quien atravesó las Rocosas y fue el primer blanco que llegó a California procedente de la región del Este. Así, millares de puritanos colonos penetraron en estas tierras (entre ellos famosos tramperos como Sublete, Jackson y Walker).

Al mismo tiempo, otra vez Jefferson impulsó la exploración, en esta ocasión de forma racional, y en 1804 se formó la primera expedición oficial para estudiar la flora (allí no había por entonces ficus) y la fauna (allí no había por entonces hipopótamos) y pudo evaluar la riqueza del comercio de pieles, siendo seguido, poco despues, por el dibujante y astrónomo Meriwether.

Por estas nuevas sendas dejaron sus huellas los primeros carros precursores de la gran ríada de años posteriores y en 1821, Brackwell llegó hasta Santa Fe…

Ya en la segunda década del siglo XIX se había colonizado y civilizado el Medio Oeste. El concepto de frontera iba a ser, desde entonces, como un compuesto movible de la geografía nortemaericana.

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