Se nos introdujo el bipolar y planeó en círculos concéntricos creyendo, en su doble personalidad mística, un profeta de las verdades, un nuevo Mesías Redentor, un Testigo de las Verdades Liberadas y, a fuerza de sentirse Dios, comenzó a enjuiciar (quizás sólo con la diferencia de que Dios no usa palabrotas), a emitir conocimientos literarios y lingüisticos (que para ello es Profesor de Literatura el buen Bipolar) y… para qué seguir… para dar más vueltas a lo absurdo… (mañana, con más ganas diré qué es la bipolaridad para comprender un poco ese citado absurdo (con la ayuda inestimable de mi cuñado chileno, un prestigioso psiquiatra de la Ciudad de Santiago de Chile).