Y nos dejó El Relojero…

Se nos ha ido José Gomáriz, más conocido por todos nosotros como El Relojero de Manila. José había nacido en 1912 y contaba, a la hora de irse de este mundo, con 96 años de edad. !96 años!. !Ahí es nada!. !Todo un siglo!. Se fue con 96 años de edad a sus espaldas y un cúmulo enorme de sabiduría que le daba su lúcida ancianidad. Porque José Gomáriz murió en completa lucidez. Sólo el corazón (tictac tictac) ya no aguantó más las manecillas del reloj del tiempo.

Él conoció los últimos años del reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera y la llegada de la II República a España. Conoció la Guerra Civil española de 1936 a 1939 y después la dura dictadura de Francisco Franco que duró casi 40 largos años. Conoció también la época de transición a la Democracia (con los gobiernos de Arias Navarro y la UCD de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo). Conoció, asimismo, el poder del PSOE (con Felipe González) la época del PP (con José María Aznar) y el segundo PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero.

Pero lo que más conoció en su larga vida El Relojero de Manila fue la esencia de todo su periplo vital. era muy vitalista José. Él era un hombre completo y de amplia sabiduría. Nos transmitió a todos los que le conocimos, entre tertulia y tertulia, lo que los hombres sabios transmiten a los demás: conocer la vida misma.

Tras la Guerra Civil que la había pasado como conductor de camiones en el bando republicano sólo la intervención de un capitán de los nacionales (que le conocía desde la infancia) le salvó de ser fusilado. Era un buen hombre y eso le salvó la vida. Marchó a Madrid (ciudad que siempre llevó en su corazón) y allí montó una relojería en el barrio de Legazpi (!cuántas horas estuvimos él y yo hablando de los Madriles!) y poco después, como buen murciano que era, volvió a su ciudad de origen y siguió con la profesión de relojero hasta que la jubilación le dijo !basta!.

Hoy nadie en el Paquito ha querido jugar al mus. Nos faltaba el maestro principal. Una rosa roja descansaba en la mesa delante de una silla vacía. Y todos hemos pasado una tertulia triste y nostálgica hablando del Relojero de Manila. Tictac. Tictac. el último órdago a la vida lo perdió como lo perderemos inexorablemente todos los demás cuando nos llegue la hora.

Hoy todo el mundo halba, alrededor del planeta Tierra, de la muerte del Gran Maestro ajedrecista Bobby Fischer… pero en Alcantarilla solo se habla de la muerte de José Gomáriz El Relojero de Manila… Gran Maestro de la existencia.

4 comentarios sobre “Y nos dejó El Relojero…”

  1. Un gran hombre sin lugar a dudas, aun recuerdo los textos que le hacian alusion y por supuesto el mensaje del mismo en la plaza Diesel, aunque el nombre ahora no lo recuerdo desgraciadamente. Nos ha dejado un alma, pero como dice una cita ¨se marcho, asi simple, sin milagros, o tal vez con el mayor de los milagros de la vida.¨ Ami me gusta entender que ese mayor milagro de la vida misma es la muerte. Ya que es un comienzo a otra vida donde alla ya era necesitada su sabiduria. Me uno a ti Diesel en perdida, que aunque no le conoci. Confio y se que fue un buen hombre.

  2. Pues te acompaño en el sentimiento, Diesel, porque el que se vayan estas personas tan mayores, que están muy bien de cabeza y tienen los recuerdos tan claros, significa una pérdida enorme para los que disfrutamos escuchándolos.

    Hay quien cree que los muy ancianos apenas ocupan lugar: yo perdí, siendo muy joven, a mi abuela, que vivía en mi casa, y sentí un enorme vacío. Ella tenía perfecta, casi hasta el último momento, la memoria remota, y me encantaban las historias de su pueblo y su venida a Madrid. Tardó dos días en llegar desde un pueblo de Segovia a Madrid, la primera etapa en burro, la segunda en diligencia.

    Un abrazo.

  3. El Relojero, ” el último órdago a la vida lo perdió como lo perderemos inexorablemente todos los demás cuando nos llegue la hora. “

    Si la muerte le llegó después de vivir intensamente, ten por seguro que le gano la partida. Gano la partida de una vida llena de experiencias y la suerte de la lucidez hasta sus últimos momentos.

    Yo tengo la suerte de disfrutar de mis abuelos maternos y escucho, atesorando, los recuerdos de su vida, su niñez en la guerra civil, el servicio militar y las penurias de la postguerra, la vida bajo un régimen dictatorial y la democracia y, por fin, el siglo XXI que les sorprende con sus modernidades. Me emociono cuando oigo a mi abuelo, a pesar de todas las vicisitudes, decir : He sido un hombre feliz. Creo que le debemos el corresponderles viviendo nuestra vida con la misma alegría, con la misma lucidez.

    Adiós Relojero, gracias por una vida intensa.

    NO TE DETENGAS

    No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
    sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
    No te dejes vencer por el desaliento.
    No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
    que es casi un deber.
    No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
    No dejes de creer que las palabras y las poesías
    sí pueden cambiar el mundo.
    Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
    Somos seres llenos de pasión.
    La vida es desierto y oasis.
    Nos derriba, nos lastima,
    nos enseña,
    nos convierte en protagonistas
    de nuestra propia historia.
    Aunque el viento sople en contra,
    la poderosa obra continúa:
    Tu puedes aportar una estrofa.
    No dejes nunca de soñar,
    porque en sueños es libre el hombre.
    No caigas en el peor de los errores:
    el silencio.
    La mayoría vive en un silencio espantoso.
    No te resignes.
    Huye.
    “Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
    dice el poeta.
    Valora la belleza de las cosas simples.
    Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
    pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
    Eso transforma la vida en un infierno.
    Disfruta del pánico que te provoca
    tener la vida por delante.
    Vívela intensamente,
    sin mediocridad.
    Piensa que en ti está el futuro
    y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
    Aprende de quienes puedan enseñarte.
    Las experiencias de quienes nos precedieron
    de nuestros “poetas muertos”,
    te ayudan a caminar por la vida
    La sociedad de hoy somos nosotros:
    Los “poetas vivos”.
    No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …

    Walt Whitman

  4. Me encanta el poder saborear la sabiduria de los niños viejo, tienes que estar contento de haber tenido ese privilegio con tu amigo el relojero,un beso diesel
    Por otro lado de he sentido muy identificada con el poema que nos muestra olbitebestrones, (seguro que lo he escrito mal),enhora buena compañero, besos para todos los poetas, por mucho que dijera la canción malos tiempos para la lírica, no es cierto, mientras abramos nuestros corazones, con humildad, y buenos sentimientos

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