y todos estamos vivos.

Primero, he aquí un texto de presentación de la poetisa Olvido García Valdés; una asturiana nacida en una pequeña y escondida aldea llamada Santianes de Pravia, allí donde se unen, en un vértice rumoroso de aguas, los ríos Narcea y Nalón: “Con la luna de marzo llegó/la foto/estábamos vivos… Desde la perspectiva sonámbula que se intuye en estos versos cabe leer el singularìsimo libro de Olvido García Valdés: un espacio en el que se funden la aguda realidad del mundo y la conciencia de irrealidad de la vida. El paisaje y los animales, las imágenes de la memoria, los ciclos de la naturaleza, las condiciones de existencia de las mujeres, las evocaciones oníricas, el tranuto pictórico de las escenas, los objetos domésticos… todo parece estar bañado por una luz extraña y abisal.

Hasta que el lector comprende que quien habla ha conocido la confidencia de la muerte, que su voz delata una angustia oculta, que sus ojos han sentido esa penumbra bullente próxima a lo inorgánico. Y bajo una mirada así la vida no sólo resulta precaria, sino irreal; nuestra presencia, aleatoria; evanescentes, las relaciones con los otros; pero en la trama que tejen fragilidad y muerte, lo cotidiano y el rastro de quienes no están, en el libro asoma otra lñinea de fuerza: la necesidad de recuperar paulatinamente la naturalidad de sentirse vivo y dar cuenta al mundo”.

Cualquier tiempo pasado pudo ser mejor… quizás… no lo sé… tal vez para algunos sí y para otros no… pero lo que es seguro es de que ya no estamos en él. Volver… volver a vivir siempre el presente que se acumula en el pasado significa estar… y regresar alguna que otra vez al pasado no significa (o no tiene por qué significar) una huída del presente, un no querer seguir viviendo. Volver a veces al pasado significa reforzarse anímicamente para vivir el presente.

Al igual que algunos cuadros cuelgan de las paredes de los museos como ventanas del pasado abiertas como movimientos de “hoy”, no hay historia humana más grande que acompasar la vida presente con la experiencia del pasado vivido y siempre vívido en nuestro interior.

El rastro que dejemos nosotros será un trazo evanescente y sensitivo que no debe volatizarse en el olvido sino evocarse como ensoñación cara al mañana. Debe ese tiempo pasado tener firme fortaleza constructora de un mundo que aprende a saber fluir día tras día por los caminos. Es necesario sentir la sensación del pasado para sentirnos humanos reflexivos y transmitir conexiones con las próximas generaciones venideras. Califiquemos pues a cualquier tiempo pasado como tiempo “terapeútico” que nos sirve en el presente para tomar acciones necesarias para caminar hacia el futuro.

Hablo de esa casa universal donde los seres humanos habitamos en una especie de colmena acústica donde se escucha el bullir de los corazones. Una especie de ventana de cristal por dende miramos al río pasar, lentamente, y lentamente vamos dejando colgadas de las horas esos minutos de presencia que a veces somos nosotros mismos mirándonos en el cristal y a veces son los demás mirándonos a nosotros mismos desde el exterior. No es tan importante que nos vean. Lo importante es que estemos tan dentro de nosotros que seamos verdaderos. La verdad no reside nunca en ese cristal donde a veces nos vemos a nosotros msimos y a veces nos miran los demás. Los demás nos mira, sí, ¿pero nos ven cómo somos en realidad?. No. No nos ven cómo somos enrealidad porque tods nosotrun Camilo José Cela angustiado y temeroso de perder su categoría.

pero el asunto es que no nos debe importar si Camilo José Cela ocupó su propio espacio o fue sólo una fantasmal figura elvada a la cima por los del poder. A nosotros, que estamos vivos, ya no nos importa la muerte. Vuelve siempre el silencio más allás del crsital que nos separa de todos ellos que, desesperados, luchan por entender que hay dentro de nuestros corazones. ¿Si supieran que dentro de nuestros corazones solo hay alma?.

Observados desde el exterior del río a ellos les parecemos sólo niños y niñas jugando al escondite… pero aquí no hay nada que esoncder; porque sólo somos así nada más. Hombres y mujeres florecidos en el vértice donde se juntan los dos ríos de nuestra existencia: La Hora engarzada en el reloj de la conciencia y el Minuto satándose las barreras del tiempo.

Conciencia… ¿para qué te quiero yo conciencia si no es para sentirte aún más adentro que nunca?. Hubo un amigo que me dijo: “Recuerda siempre a Roberto”.

Roberto vivía en una mísera barriada cuyo nombre ya no importa citar aquí ni tampoco a qué ciudad pertenecía. Allí iba yo, pibe incipiente buscando experiencias, a pasar tardes-noches con Roberto y los Larris, jugando a hacer carambolas con las calaveras de los billares del Tripucha y a gastar el tiempo con las artes marciales en el gimnasio del francés. Roberto era peón de albañil. Roberto y yo usábamos pantalones de pana.

Una tarde, estando sentados él y yo en el bordillo de una acera, Roberto se confesó: Pepe, !qué cansao estoy de toda esta porquería!. Estoy cansao de vivir así. !Tenemos que salir de esta cloaca!. Pero él no pudo salir porque días más tarde tuvo un fatal accidente.

En el hospital, antes de morir, Roberto quiso hablar conmigo.: Pepe, júrame que no volverás nunca más por aquí, júrame que te podnrás a trabajar y a estudiar hasta aprender a ser un hombre honesto, júrame que ayudarás al Toñete, al Charlie, a la Toti y a la Menchu a salir de esta inmundicia. Júrame que, seas lo que seas en la vida, morirás con el pantalón de pana puesto. Le juré todo eso y algo más. El Toñete, el Charlie, la Toti y la Menchu eran sus cuatro hermanitos pequeños a los cuales su padre, barracho sin conciencia alguna, había abandonado.

Roberto siguió hablando: Mira Pepe, te conozco lo suficiente como para estar seguro de que te esforzarás por cumplir tus juramentos pero yo, que tengo algunos años más que tú y he vivido infiernos que tú no conoces todavía, tengo que decirte que en ese esfuerzo encontrarás satisfacciones y algunas alegrías pero también mucho sufrimiento y algunos insultos de ignorantes porque los hombres somos así de complejos (no sé si dijo complejos o acomplejados) pero júrame que nunca escribirás una oda a los infiernos ni escribirás nada que sirva de elogio o alabanza a los miles de demonios que existen en el mundo. !Èchale valor a la vida y no consientas que nadie te introduzca en las tinieblas en las que yo he vivido!. Vive la vida por ti y por mi.

Después me preguntó: ¿Existe Dios?. !Te juro, Roberto que no sé si Dios existe o no existe! le respondí. Entonces llama a Miguel. Miguel era un amigo sacerdote.

No volví nunca más a jugar con las calaveras de los billares del Tripucha. No volví jamás con los Larris. Me puse a trabajar nada más terminar el bachillerato y luego me esforcé en llegar a la universidad y aprendí miles de palabras en los libros de la vida humana. La Tía Juja se fue con sus cuatro hijos a otra ciudad muy lejana. Tuve la oportunidad de poder enviarle libros y dinero para ayudarla a sacar adelante a sus hijos. Hoy sé que son adultos, están casados, tienen hijos y nunca tuvieron que vivir los infiernos de Roberto.

Por él, por ellos, por el recuerdo de mis padres, por mi esposa e hijas, por cualquier ser humano que tenga un hálito de esperanza pongo siempre mi pluma a su servicio. Mientras exista un gorrión sobre esta Tierra, cantaré al gorrión y cantaré a esta Tierra pese a quien pese; mientras exista cualquier humano que busque un pequeño pedazo de felicidad en esta Tierra, cantaré a ese pedazo de felificidad y cantaré a esta Tierra pese a quien pese; mientras se encuentre un solo miligramo de esperanza en medio de tantas toneladas de basura como hay en esta Tierra, cantaré a ese miligramos de esperanza y cantaré a esta Tierra pese a quien pese.

Acérrimo defensor de la plena libertad de expresión jamás violaré el derecho natural que tienen todos los humanos para hablar o escribir con el lenguaje que libremente deseen. Jamá insultaré a un ser humano sea cual sea su forma y manera de hablar o escribir. No me importa, para nada, como hable y cómo escriba cada persona. No soy ni seré jamás crítico juez de la literatura popular.

No puedo tampoco decir con absoluta convicción si Dios existe o no existe; pero cada vez estoy convenciéndome más de que puede existir alguna clase de Dios porque… ¿cómo se explica que cada vez que alguien escribe en un texto la palabra Dios (que para mí es una más de las millones de palabras de los diccionarios del mundo) saltan tantos iracundos contra ella.

No soy religioso ni me preoupa el no serlo, pero respeto profundamente y por igual tanto a quien cree en Dios como a quien se declara ateo. Tengo amigos en ambas partes. No sé tampoco si Jesús de Nazaret fue o es Hijo de Dios, pero respeto hondamente a este persoanje histórico porque, si es verdad lo que dicen de él los que creen que es Dios (yo no tengo ningún complejo en emplear esta palabra) él fue capaz de meter la mano en la basura y cantar a ese miligramo de esperanza que aún queda en esta Tierra. Por eso he tirado a la basura el libro del Gran Mago Saramago.

Desconozco cual fue el diálogo que sostuvieron Roberto y el cura Miguel y no sé si hubo confesión o no. Sólo sé, y lo recuerdo nítidamente, que el día que enterramos a Roberto yo introduje en uno de los bolsillos de su pantalón de pana, un poema que había escrito con el lenguaje de mi corazón (no me importa si fue de letras, letrinas, letrazas o letrajos ni tampoco le importaba eso a Roberto que sólo le gustaba leer para sentir).Sólo Dios (si es que existe), sólo Roberto (si es que su alma pudo leerlo de alguna manera) y sólo yo sabemos lo que quedó escrito en aquel poema que pronto se convirtió en polvo junto al polvo del cuerpo de Roberto.

Vanidad de vanidades es la fama y vanidad de vanidades es el ansia con que muchos viven hoy. ansias por construir y ansias por destruir lo construido. Yo sólo soy uno más de los millones de Pepes que existen en el mundo y me considero feliz por el hecho de ser un anónimo ciudadano que toma café y juega al mus con sus amigos. No voy absolutamente de nada por la vida porque da la casualidad de que ya llegué adonde quería y soñaba ir y ahora sólo estoy ya de vuelta. Cuando toco la guitarra no me importa cómo suenan las notas ni cómo suena mi voz. Sólo me importa cantar. Y cuando escribo no me importa en absoluto cómo escribo. Sólo me importa escribir. Y como tengo que morir al igual que todos, sólo deseo hacerlo anonimamente, junto a los seres queridos y con mi pantalón de pana puesto.

Roberto: si existes en algún lugar que yo desconozco y eres capaz, de alguna manera, de leer o sentir mis palabras (sean letras, letrinas, letrazas o letrajos, que ni tú ni yo le damos importancia a esa jerga de pirotecnia linguistica realmente tonta) sólo quiero que sepas que cumplí todos mis juramentos hechos ante tu lecho de muerte y que jamás escribí una oda a los infiernos ni nada que sirviese de alegoría o de alabanza a los miles de diablos que existen en el mundo.

Tachen mis palabras con el epíteto que quiera cada lector. Tachenlas de letras, letrillas, letrazas, letrajos o cualquier otra bobada similar. No me importa en absoluto. Es la libertad de cada ser humano y la respeto profundamente. Jamás discutiré por esos motivos. Que canten como quieran los cantantes burgueses, que canten como quieran los cantautores populares, que canten como quieran los que no se consideren ni cantantes ni cantautores. Cante y baile cada uno como quiera y como desee. Yo ya he conocido tantas ventanas con tantos climas fríos, calientes, tibios o templados, que sólo me queda por decir lo que dejó escrito Miguel de Unamuno: “!Veréis lucir tras la tormenta oscura un rayo de luz y de ventura!”.

Y ahora me voy a jugar con los del barrio un partidito de fútbol que nada tiene que ver con el Mundial. Después volveré a escribir como le de la gana a mi sano corazón y que escriban como quieran los de la Kultura, los de la Contrakultura, los de la Subkultura y los de cualquier Eskultura viviente.

Puede que esté equivocado o que me hayan engañado (todos tenemos derecho a equivocarnos o ser engañados alguna vez en la vida) pero observando las estrellas del vallecano paseo de Miguel Hernández siempre he podido interpretar que la única verdad de esta vida, muchas veces, es la poesía o que si la verdad es una completa mentira en ese caso la poesía es la mentira más piadosa que existe. Por supuesto que cada uno es libre de interpretar la poesía como le salga de las narices (para eso está la libertad). Yo alzo mi vaso de vino manchego para brindar por los pantalones de pana y las alpargatas blancas de quienes escribieron poesía mientras usaban la paleta y el cordel para construir un mundo mejor para sus hijos.

Y por supuesto, levanto mi vaso para brindar por tí, amigo Roberto Gómez, sea donde sea que esté latiendo ahora tu espíritu.

Ahora sí, amigo Roberto, ahora, con la conciencia plena ¿Para que te quiero conciencia si no es para sentirte cada vez más dentro?) estoy totalmente convencido de que Dios existe y de que todos nosotros estamos vivos aquí, en esta Tierra urbana y campesian donde los ríos, al final, encuentran un vértice llamado Salvación.

La música ha dejado de ser melancolía para mí. He olvidado el olvido y por eso cito la siguiente frase poética de Olvido García Valdés: “Por suerte la voz está educada, es autónoma, preguntas y respuestas de entonación pertinente y vivaz”.

Ya lo ven, amigos de este compartir espejos a través de la pantalla de la computadora como sí que es real que estamos vivos y somos eternos. Mi voz se ha hecho solamente una transparencia de esas como las que usan los niños y las niñas para dibujar esquemas, signos, rayas, puntos… enigmas de un ser humanos que crece por dentro en la conciencia de cada uno de ellos mientras vamos siempre regresando al lugar dondese crió esa conciencia. La mía está entre las arboledas halladas (que no perdidas) de una infancia jugando a ser peregrino de los sueños.

Autónomo de mis sueños… siempre autónomo de mis priopios sueños prometo que esta noche volveré a subirme a las estrellas para traerle a tus ojos las luces multicolores del arco sideral y con ello poder besar tu boca observando toda la esfera terrestre en tu mirada. Esta noche me subo a las estrellas para invitarte a jugar al carrusel con los astros y construir metáforas celestes con tu bello rostro.Esta noche me subo a las estrellas para edificar un castillo de cristal con la escarcha de la madrugada y verte así toda entera y desnuda de negaciones afirmándote como reina de mis mágicos mundos y mis sensuales fantasías. Esta noche me subo a las estrellas para amarte más cerca de Dios.

Lo dulce y lo reposado de este estar infinitamente vivo, gracias a Dios, es poder tener conciencia (¿para qué te quiero conciencia si no es para sentirte cada vez más dentro de mí?) y poder dormir entre las rumososas aguas de esos lejanos ríos de mi infancia donde jugaba, y prometo volver a jugar, con barcas de papel… porque si no tenemos Fantasía la verdad de la vida se nos convierte en una agonía diaria. No. No he de ser yo quien perviva en medio de la melancolía, que ya los olvidos me son tan lejanos que cuando vuelvo a ellos es sólo para enocntrar la Verdad y seguir continuando en el Camino.

Todas las alas de los sencillos pájaros de la ciudad; esos gorriones que tanto he podido sembrar con mis palabras, se me juntan en un sólo punto concéntrico que eres tú, conciencia, ¿para que te quiero si no es para sentirte cada vez más adentro aún, cada ´vez más profunda aún, cada vez más eterna aún?. Y Tú me miras y te quedas pensando si será verdad que hemos vuelto a renacer en el alba de la madrugada. Sí. No lo dudes más. El alba nos ha vuelto a hacer renacer una vez más. Por eso todos nosotros estamos vivos. El alimento esencial para descubrir que esto es la Verdad consiste en sólo mirarte al espejo apartando definitivamente el cristal y vernos así, tan desnudos como es el alma, para poder sentir que es cierto el mensaje de las estrellas. la luna… la luna me acompaña…

Desde aquí escribo… desde donde el sueño se convierte en promesa que llega de la conciencia de saber que el alma de las musas se hace infinita entre las sombras. Queriendo buscar más allá de la utopía es lógico que la persona traicione a su propio tiempo real y se envuelva en la madeja laberíntica para desembocar en la ficción heredada de participaciones anteriores. Y que bajo los poderes de todos los sentidos, en cada momento de plenitud de nuestra esperanza, hay una descarga larga de posiciones vitales para los humanos. Hacia dónde va el sentir solo es meditación a nuestro alcance… tal vez siempre un ensanchamiento de nuestro sueño.

Deja una respuesta