La langosta se viste de sombra
Y mantiene su avaricia activa
Descabezando por todas partes,
a las honradas hormigas
El león cobarde viste
Coraza de astracán
Para dejarnos a todos vendidos
Por un pequeño trozo de pan
La cebra con sus rayas
Pretende vivir discreta
Mas pendiente de los asuntos
Que a sus oídos tienta
El canario dulce,
Con voz aterciopelada
Vuelve loca a la paloma
Hasta cuando está guisada
La rata, por su parte
Mantiene su traje gris
Pues de ella ya se sabe
Que lo suyo es de nariz.
El gallo de corral
Siempre está bien tocado
Pero el viento del norte
Da su ciclo por acabado
El perro, amigo fiel
Compañero de batallas y tretas
Cuando mas esperas de él
Te deja por un par de tetas
El tigre, feroz felino
Cuando se acerca al precipicio
Sin temer a su destino,
Da vuelta atrás y se va por donde vino
En este zoológico social
cada uno es lo que quiere
pero a fuerza de disimular
nadie sabe de donde viene.
Buena perspectiva la de este zoológico social de las grandes modernidades de nuestra globalización universal. Tu descripción es justa, aureo, y faltan muchos otros como el loro que nos asalta todos los días por el televisor o la urraca que esconde esperanzas en los rincones de nuestras habitaciones mientras escuchamos el último DVD del mercado. Sí, aureo… el mundo se nos está encerrando en un círculo concéntrico llamado zoológico existencial que es, más o menos, ese sociozoológico que tú tan magistralmente detallas…