En verdad, en verdad os digo…

Toda vuestra humanidad. El silencio de vuestros rostros. El juego sutil de los nombres…todo, viene a ser la imagen de un sueño llamado Vorem. En verdad os digo que nunca gocé tanto esperando y esperándoos…Me voy, no porque ninguna circunstancia me impida continuar, sino porque mi corazón se traslada a otros lugares. Me voy hacia esa distancia medida y humana…donde todo puediera continuar, pero creo que mis palabras se han difuminado en esta página virtual. Con la pretenciosa intención de las palabras del evangelio…simplemente os digo que he tratado de ser verdad, palabra y sentimiento. Toco a su fin el juego de presencias y sin más…os dejo feliz de haberos hallado. Quizá la necesidad de ser fiel a la dicha que me proporcionáis me impulse a regresar, pero…creo que todo esta dicho.
Como seres en el mismo planeta seguiremos en contacto, porque la vida llama a la vida. Simplemente es un adios de esos que se meditan y dejan caer a la hora de la comida…Ha sido un inmenso placer…Om Mani Padme Humng. Benditos éáis en vuestras maravillosas intenciones.
Quie la Paz reine en este Mundo Sigue Leyendo...

Horas debidas y de vidas

Hay horas que nos robaron. Horas de felicidad que no fueron y que, a pesar de ello, permanecieron latentes en un rincón-habitante del alma viajera. Hay horas que nos robaron… pero seguro que el viento de las amapolas nos las devolverán entre los trigales de los amaneceres y los pinares del anochecer. Horas que nos robaron… pero a las que no pudieron eliminar de la vida. Horas debidas, horas de vidas que un día habremos de reconquistar y, a través de las sinfonías de una melodía en el viejo acordeón, las recuperaremos en todas sus dimensiones, en todas sus esencias, en todas sus fragantes emociones de eternidad…
Como dijo Domingo Ortega: “A quien no sabe sufrir, algo le falta para vencer”. Sigue Leyendo...

Vuelvo a oír voces

Agosto es un suspiro que nos recuerda los años felices.

Siempre creí escuchar voces jugando de niño con mi “fuerte” de indios y vaqueros. Incluso mi hijo pequeño heredó esta cualidad. Cuando tenía diez años se quedó un día sin ir al colegio por enfermedad. Un poco avergonzado, rebuscó en el fondo del armario y rescató su juguete preferido: una isla del tesoro con piratas de plástico. Pronto los recogió nuevamente: “Ya no me contestan…”, explicó.

Con La Sirena (Vacaciones 2004)

Y llegamos a Copenhague, la aldea de pescadores de Seeland que pasó a ser ciudad en 1167. Hay ansia por preguntar y ansia por responder, hay ansia por vivir… y pronto ella se enfrenta a La Sirena:

– ¿Qué hay en el fondo de los mares?
— Millones de muertos hundidos por mí.
– ¿Por qué te gusta tanmto enloquecer a los marineros?.