Tu rostro es como una centella
de fuego convertido en llama
y a tu rostro es a quien ama
en la noche mi más roja estrella.

Entre juego, vino y mujeres
voy consumiendo la vida
y, cantando mil quehaceres,
sueño que Baco convida
a banquetes pantagrueles,
a beber de la ambrosía
y a cernirme de laureles
por el Arte de la poesía.

Tardes de pensamiento, hundida en el gris de mi cabeza,
mirando la pequeña pantalla, buscando ver mi fuerza,
pero se fue, y no la puedo obligar a volver, no es mia.
es tuya.

Tardes de pensamiento, hundida en el gris de mi cabeza,
voy imaginando la felicidad, pero solo la hallo en un lugar,
un lugar, blanco como la nieve, pero a la vez muy lejano.
Ire,