Fue maravilloso, como llegar al cielo
olvidando las penas y los agravios
fue un calor inmenso que fundió el hielo
que se volvió un mar que me llevó a tus labios
Y tuve miedo ese instante que me responda tu boca
que se cumpliera mi ruego de que te vuelvas loca
Tuve miedo un instante de que abrieras la puerta
en que encierras tu alma para no amarme despierta
Era la más linda de su barrio,
la más buena y la más bella
Y ya se va, ya se va con su alma
En busca de alguna lejana estrella
A donde algún día también iré yo
Para estar allá con ella.
Perdimos nuestra llave
entre la inocencia y la honradez
hartos de estímulos
y empujados por un “no saber”
(… “y una mañana,
mientras el café mezclaba,
en una servilleta blanca
yo te dibujaba…
yo te dibujaba”…)
Y te pintaba
sueños en tu boca clara
que con el aire
se disipaban…
se disipaban…
Bésame de tal manera que tus labios,
Se hagan fuego con los míos.
Y solo piensa en que ese fuego
No deje de arder en el recuerdo.
Abrásame de tal manera que nuestros cuerpos,
Choquen en una sola alma
Y solo piensa que esa alma,
Es más fuerte que nada.
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