Noticia. Agencia Vorem´s…
“Con motivo del estreno mundial de la Película el Código
Da Vinci el próximo día 19…también acabará el proyecto
colectivo que iniciamos “Invitación a la Literatura”. El
final tiene conexión con la Película…”
Panorámica de campanario
Todos somos campanas, unos de bronce, otros de barro. A veces repicamos juntos, otras por separado. Nuestro tilín o tolón es tan variado…
Todos sonamos, pero no hay dos campanas que suenen igual. El refrán asegura que cada campana suena según el metal del que está hecha. Incluso la misma campana no suena igual todos los días. Algunos se creen campanarios de comarca; otros nos sabemos campanillas de hojalata. Todos sonamos distintos, pero todos somos campanas.
Cuando debo llorar por vos no puedo
Cuando no debo llorar mis lagrimas se me escapan sin poderlas reprimir mas .
Dulce cara de niña
Linda mirada angelical
Cogiste maletas y te fuiste
Yendote para nunca más volver.
Mi sed…
es por esta tinta mia
que me da de beber,
por este ansia,
por esta oracion muda sin dar a conocer.
Mi tez oscura,
es por este sol clavado,
arrinconado en mi ser,
que sobre mis hombros
ve pasar el dia que
la da color…pero no papel.
No hay pintor
si no hay musa
con el brillo de su sol.
No hay dias,
sin risas
sin una vida de alegria.
No hay naufrago
sin orilla
no hay sal
de capitan.
En un saco roto,
se esconde un ladron,
menudo pendon,
tan listo que era tonto.
Bajo el hombro el saco,
dos panes duros,
tres hilos flojos
y nadie hace caso.
La suerte le sea dada,
al pellejo ladron,
por su porte de varon,
una mujer codiciada.
En un lugar del mundo de cuyo nombre nadie puede enterarse… hombres y mujeres escriben sobre el teclado cientos, miles, millones de palabras surgidas en el momentáneo fulgor de un estallido de sentires. En un lugar del mundo… estás tú, y él y ella, y los demás… con un cronómetro de ideas ticteando al sonar unísono de los segundos. En un lugar del mundo… hombres y mujeres de cualquier signo y de cualquier edad escriben diámetros de distancias acogidos al calor de los momentos. Y firman con nombres, con seudónimos, con números, con decenas de signos referenciales para enviar sus latidos humanos a través de las ondas del computador. En un lugar del mundo de cuyo nombre nadie puede enterarse… se está creando la Comunicación. Sigue Leyendo...
Llegó el fin de curso y todos andábamos nerviosos con eso de los exámenes; pero lo más triste, quizás lo único triste del asunto, es que ya no volveríamos a ver a Ana María. Ella había sido la conmoción del año en el instituto. Aquella preciosa profesora de Historia del Arte, con sus 23 años de edad, había desbancado del primer lugar del top ten de nuestras fantasías a Mercedes, la maciza ayudante de Antonio el de Química.
Hasta que Ana María llegó éste último curso a las aulas, en el instituto todos peleábamos por estar cerca de Mercedes en el laboratorio, cerca de ella hasta que ella nos arrimaba su escultural cuerpazo y nos rozaba nuestras quinceañeras estructuras de jóvenes en pleno desarrollo hormonal. Mercedes había estado jugando con nuestros líbidos durante dos largos años académicos. Con ella aprendimos más anatomía corporal que combinaciones de elementos químicos y sus correspondientes pesos atómicos. La muy pícara siempre elevaba nuestras linfas cuando nos rozaba con sus pechos o sus piernas o nos ponía la mano en el muslo jugando con nosotros mientras intentábamos alear nitrógenos y sulfuros. Pero Ana María era simplemente divina y la destronó. Ana María era la mujer más bella y hermosa que habíamos todos conocido. Sigue Leyendo...
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