¿Fué un filósofo silencioso quien dijo que la soledad es la breve compañía de un misterio colgado del brazo del corazón?. No. Seguro que no. Debió ser la fantasmagórica silueta de un poeta enardecido bajo la luz de la luna y columpiándose en la barra del “nigth club”. Quizás. Pero la verdad es que asomado al brocal de un vaso de ginebra toda la compañía se disuelve en un líquido empeño de brevedad con el tiempo de los imposibles. Bueno. El caso es que la soledad, al igual que la felicidad, es tan breve como la hoja caída en el Jardín de las Esperanzas. Pero ¿existe todavía ese jardín en la virtual realidad de nuestro tiempo?. Si. La respuesta podría ser “dejad que los aromas de un atardecer os inunden de compañía”. Ya sé. Ya recuerdo. Fue Saint Exupery quien dijo: “el tiempo que pasaste con tu rosa fue quien te hizo tan importante”. Y la silueta del poeta quedó dormida entre los brazos de la luna mientras su mente dibujaba corazones.
Archivo por días: 19 mayo, 2006
Espera
Hoy la larga espera toca a mi puerta
y la nostalgia brota de mi piel,
tu fantasma le hace el amor a mis recuerdos
mientras tu aliento deja un espacio vacío entre mis labios.
Hoy el viento frío golpea mi rostro
lanzando palabras gastadas a mi cuerpo,
gastadas de tanto verse, gastadas de tanto irse,
de escucharse, de leerse, gastadas de vivir,
gastadas de esperar; tan gastadas que a la larga
se vuelven irremediablemente silencios.
Una funcion.
El resto es silencio
Y si sólo me hizo caso el viento
¿qué más da si el límite se ensanchó
hasta alcanzar la costa del necesitado?.
El abecedario
besa mi pensamiento
y en mis manos dibujó
la fiebre eterna del tiempo.
Si sólo ha sido un relámpago
espero seguir viviendo
con el sueño de vomitar flores
como último recuerdo.
Y ya está.
El resto es silencio.
El espantapájaros mudo
El espantapájaros soñó un día que no era mudo. Que su corazón de paja era de verdad, y que su latido le traía vida a un cuerpo humano. Él no sabía que jamás llegaría a ser como el campesino que con tanto esfuerzo le creó.
Tenía brazos, también piernas. Y por ello no comprendía que razón le impedía andar, por qué sus brazos no podían bailar mecidos por el viento de la tarde. Llevaba ropas, al igual que su amo, pero nadie se paraba a hablar con él. Tenía boca, nariz y ojos, pero ni sabores ni olores percibiría nunca, si bien por alguna razón podía ver. Y lo que sus ojos le mostraban no eran alegres prados, ni altas montañas a las que admirar. Tan sólo tristes y eternos campos de trigo amarillento, como si de un mar de olas suaves se tratara. Pero eso no lo podía saber el espantapájaros, pues jamás vio el mar, ni creía poder ver algo semejante en el tiempo que de vida le restaba.
Invitación 51
Ambos entraron en el coche. En un instante y de forma inesperada, Paul se soltó de la mano de Katy y salió corriendo por las calles. Un impulso irremediable le dirigía. Sentía que su cuerpo volaba entre el pavimento. Todo iba quedando a trás, como si transcurriera al revés.
Se fijó en un gran cartel donde se señalaba una hora; un día: Viernes, 19 de Mayo de 2006. Eran las 7:20 A.M.
¡STOP! El Tiempo y el Espacio quedaron detenidos:
(A partir de este día y esta hora…el puzzle puede comenzar a encajarse. Cojan sus textos, aportaciones, sugerencias….)
René
Que René L’Ouverture, Lobeltul, haitiano, falso pintor naif, marxista, perilla leninista, camine por Plaza de España ofreciendo cuadros a los turistas mientras murmura “qué injusticia, qué injusticia” ante las ocasionales raciones de jamón serrano no es extraño. Es lo que hace todos los días. La pata de puerco curada reafirma su conciencia más que la lectura serena de “Materialismo y Empirocriticismo”. Y a quién no.
Pero hoy está inquieto. Tal vez por ser jueves y andar ya la ciudad oliendo a viernes, a Lobeltul le parece que las palmeras acogen hoy de mejor gana la brisa suave que sacude de sus hojas el polvo del día y se cimbrean limpitas como las mujeres cuando se secan la cintura después del baño.
Rómpeme, renaceremos como el ave fénix
la luciernaga y la lechuza
Había una vez; una luciérnaga que se sentía perdida, cohibida entre la espesura del bosque, los altos árboles le eran desconocidos y parecian mirarla amenazadores, Donde Estoy,? Me he perdido.
El silencio era sobrecogedor solo se percibia el susurro de las ramas mecidas por el viento, su desesperación llegaba a afixiarla con los dedos del miedo, cuando ya se daba por vencida, de pronto:
se encontró con una lechuza y viendo que era vieja y tenia sabiduría en los ojos, le pregunto:
Perdón Sra. Lechuza ¿seria tan amable de indicarme el camino que he de tomar?
Y con cariño y educación la lechuza le mostró un precioso camino que iba directamente hasta su pico,
Entiendo y siento la piesia porque no la entendia
Si sientes fuego en el alma
Que no te calienta quema
Sal y respira muy hondo
Buscando brisa serena
La tienes cerca y no ves
El baile suave del árbol
Las provocadoras flores
Te llenan con sus colores
Apagando tus temores
Solo contempla y respira
Cuando se sufre, se abren
Y aunque te ciegue, contempla
Y cruza esa pequeña puerta
Que se abre, a tu verdad
De luz y amor
Que esta cerca.
Si
Con el permiso de todos:¿Jugamos?
En literatura se ha experimentado mucho. Recuerdo una novela francesa, escrita por capítulos y presentada en forma de baraja de cartas. Mi propuesta, y dado que el texto es amplio y puede desarrollarse desde muchos ángulos….Será una aportación completiva y “como todo texto creativo” podrá renacer y continuar.