Escuchar la canción más triste del mundo,
Leer el poema más emotivo jamás escrito…
Volar en el viento, mantener la tonada
de aquel bello momento…. ¿acaso no?
Recordar, sentir… llorar creyendo reír… y vivir.
Sentir la brisa acariciar en el viento,
Elevar la mirada junto al criterio,
Evaluar las circunstancias y rendirse a lo cierto.
Querido hijo de mi corazón de mi vida y mis entretelas:
Deseo escribirte esta sencillita carta en clave de humor.
por que., como dijo el sabio nada mejor que la risa para hacer feliz a las personas y mira por donde yo te quiero hacer feliz a ti al tiempo que me hago feliz a mi, y a tu querido padre y en ese plan, todos felices…
Y también como diría Lessing ( filosofo y dramaturgo ingles)– La risa nos mantiene mas razonables que el enojo –
Nada mas lejos en mi intención que herir tu sensibilidad que noto la tienes a flor de piel, la testosterona, los estudios, el trabajo, las chicas o chicos, vaya usted a saber Sigue Leyendo...
Un punto inscrito en la línea infinita, sea curva, sea recta.. ¿Acaso podría alguien distinguirle, hacerle uno, individualidad otorgada por un dedo que lo señale?
Parte de una cadena de puntos a los que él nunca pidió dar la mano, formando una línea que repudia y de la que ni siquiera conoce o conocerá el final. Monocromático, monotemático en su ignorancia de tal condición. Sólo en su cadena de puntos que ignoran su propia individualidad, que tan sólo un dedo podría darles. Pues si realmente son todos iguales, salvando leves y estúpidas características que parecerían diferenciarles, pero que se repiten entremezcladas de una u otra manera, ¿qué valor tendría un dedo que los señalara, que les hiciera únicos? Es decir, que más les da saber de su individualidad teórica, si en el fondo seguirán siendo más o menos iguales al punto de delante y al punto de atrás, sin que su posición les haga mejores o peores (Ya que la línea infinita nunca acaba). Sigue Leyendo...
Nació el último de cinco hermanos, todos varones. En cuanto su madre notó que “aquello” comenzaba a cuajar en su vientre, hizo todo lo que los rumores heredados, avalaban la expulsión rápida del engendro; perejíl, saltos, golpes…, nada sirvió de nada.
Lo primero que vió la criatura, fue: una madre atormentada y desgraciada; un padre anodido que ocultaba cualquier exhibición o conato de cariño que hiciese el amago de apodersa de él; y cinco hermanos que sólo sentían indiferencia, por ellos mismos, entre ellos mismos y en especial por sus progenitores . En ver lo que gobernaba, malograba, y decidía la vida de cada de los seres de aquella familia… tardó un poquito más; la pobreza, la miseria, la escasez y la penuria. Sigue Leyendo...
Llegaba a casa reventada de trabajar, se despedía de la abuela, que se había encargado de cuidar a su hijo, bañarle y darle la cena y a continuación cerraba la puerta de la casa por dentro, con cuatro vueltas de llave. Vivía sola con el niño y siempre tuvo esa costumbre. Ella sólo se tomaba un vaso de leche caliente, y jugaba un ratito con su hijo antes de acostarse.
Esa noche, estaba más cansada que de costumbre, era sábado, en el restaurante no dieron abasto a servir cenas, y ni siquiera tuvo un minuto para llamar a casa y preguntarle a su madre si todo iba bien. Sigue Leyendo...
Su arma era la sonrisa. Una sonrisa tan esplendorosa que llenaba de felicidad el alma entera de quien la presenciaba. Era una sonrisa tan infinita que producía tal cantidad de inmensa alegría en quien la contemplaba que inmediatamente le hacía caer en las redes impenetrables del amor profundo. Pero después venía la cara opuesta, y el herido de amor comenzaba a languidecer de nostalgia, a perder peso, a dejar de comer, a quedar inhabilitado para la vida… y a morir…
Y así una y otra vez. Todos sus enamorados morían indefiniblemente por unas penas misteriosas de amor; una especie de locura incurable que la llevaba a Ella a la puerta de la desesperación. Hasta que un día quiso comprobarlo por sí misma. Olvidó toda clase de prudencia, se miró directamente en el espejo, concentrándose en su propia sonrisa… y se enamoró tan locamente de Ella misma que terminó por languidecer, perder peso, dejar de comer… y morir… Sigue Leyendo...
“¿Me han robado el talento?
Hoy solo pienso… ¿como podra
llegar mas alla del limite del tiempo
mis palabras con el viento?”
“Quien me vio llorar contento
fue quien me vio triunfar atento…
sin despegarme del papel que corresponde
a lo que sierto… a lo justo”
Regreso al texto un tanto agotado;
silenciado, sentenciado a perder mi
talento, ¡tomalo! ¡llevate de mi lo que
mas te sirva! Para eso he venido.
Gana millones de sonrisas con los
textos que has hurtado, yo sabre
mas sin embargo que soy el dueño
y que lo unico que has cambiado es
la ortografia; lo mio es escribir.
Llegaba a casa reventada de trabajar, se despedía de la abuela, que se había encargado de cuidar a su hijo, bañarle y darle la cena. A continuación cerraba la puerta de la casa por dentro, con cuatro vueltas de llave. Vivía sola con el niño y siempre tuvo esa costumbre. Ella sólo se tomaba un vaso de leche caliente, y jugaba un ratito con su hijo antes de acostarse.
Esa noche, estaba más cansada que de costumbre, era sábado, en el restaurante no dieron abasto a servir cenas, y ni siquiera tuvo un minuto para llamar a casa y preguntarle a su madre si todo iba bien. Sigue Leyendo...
Me lo contó mi madre hace muchos años, y todavía hoy, sigo recordando la anécdota tratando de
hacerle la autopsia y poder diagnosticar la causa de “la muerte”.
Corrían los años cuarenta y llevaban “hablando” unos dos años.
( Entoces se “hablaba”, a ser posible siempre en compañía de terceros, no fuera a ser que un descuido, les diera por hacer lo que no debían , se corriera la voz… y la chica se quedara compuesta, sin novio y con una reputación insalvable de por vida. O con dos reputaciones; la suya y la del fruto del escarnio. Sigue Leyendo...
Aún recuerdo las lágrimas viajeras
reclamos del dolor ausente
encendiendo los ojos del camino
y haciendo corazón en las esperas.
Hoy, asomado al alféizar
de esta lluvia de verano seco
aún recuerdo aquella flor
de lágrimas traspuestas en el alma
de la tarde llena de desvarío.
Provoquemos al sol, la luna y las estrellas
Escapémonos, escondámonos
Divertamosnos entre los maizales
Seamos los amantes del Sol y la Luna
Que las estrellas sean nuestros guías en nuestras noches furtivas.
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