Corriendo llegó el cangrejo
su camino marcado por estrellas
en un haz de repentino despertar
corre, cangrejo corre
y entiérrate en la arena
cuando te ronde la duda
en esa calida arena
pordrás ver tu pasado
presente y futuro, con ojos atentos
sin miedo al pasar del tiempo
detente cangrejo y burbujea
que todo lo vivo merece
reconocimiento en amor y libertad
Archivo por días: 12 enero, 2007
PARA LUIGI
ETERNAMENTE
Llega un momento
en que el dia y la noche se cruzan,
el más efímero de los momentos,
pero tangible en el alma,
suficiente para para que el Sol
derrita el hielo que rodea la Luna,
suficiente para que la Luna
calme la fiebre que amenaza quemarla.
Y la historia se repite,
porque no puede uno vivir sin el otro,
eternamente juntos ,
eternamente amantes….
A PEP DE CAPISTRANO
Una ráfaga de paz a llegado a Capistrano
Pastor de ovejas con mimo
cuidadoso de ellas
Marinero cautivado del mar
que es su morada
con pladur y yeso
le imagino canturreando
con la nariz blanca
no te pares sigue caminando
muy pronto superaras tu estado
Ni siquiera se mira
el amor que destilan sus poros
Rastro de Luz
No divagues sobre el rastro de luz
que aprisionaste.
Certero tu corazón, lazo que atrapa,
la ingrávida paloma que transporta
la esencia inerte de una luz obsorta.
Quiebra tu voluntad y cede a la tarde
los últimos vestigos de tu corazón,
que arden, como el sol.
No divagues en la penumbra de un adiós,
donde sólo queda el eco de una Nada.
Sublime calma que asemeja la ola
separada de su genial marea.
Y así, en el repentino decir del poeta,
la marioneta frágil de la edad,
adormece entre unas manos,
tejedoras de sueños:
Penélope.
ella se fue
hoy es un dia distinto, hoy sueño cosas que nunca quize soñar
se marcho, se fue con un sabor a decadencia
quizas mi amor no aguanto tanta dulzura
o quizas mi corazon soño cosas tu corazon
cojio distintos caminos y el lienso de tu vida te hizo una mala tela,
quizas digo gritos al daño que me hace tu ausencia
y aunque no lo sepas me e negado a combertir en el idiota mas iluso.
te amo con sabor a derrota.
El río
Era costumbre en mí ir cada domingo a contemplar la parte abrupta del río.
Aquel paraje siempre me atrajo; para acceder a él, tenía que recorrer unos quinientos metros de angosto camino rodeado de enormes matorrales. Una vez llegado a mi destino, podía observar el viejo y robusto puente de madera que cruzaba el río y las dos tupidas alamedas que lo flanqueaban ; ambos parecían velar por su tranquilidad. Llamaba la atención la enorme cantidad de pájaros que sobrevolaban aquella corriente de susurros uniformes. A poca distancia del puente, había un tramo en el que el río descansaba y parecía formar un estanque; en él, los nenúfares, bellas y femeninas flores de nombre masculino, emergían orgullosos de aquellas tranquilas aguas, cobijando con sus anchas hojas a los pequeños e inquietos gobios que huían del sol.
Tan cerca del verso
Me reclamas de nuevo,
como si fuera la presencia que constata
tus afanes: defines mi terquedad en los
confines finales de la palabra anterior.
Te escucho de nuevo,
y una vez me recreo en la mirada
con la que aprender a medir el verso blanco,
la rima desdoblada y el olor a poema.
Alma serena que ansía volver,
o sofá delator de un instante de amor.
Insistes en que regrese hacia espacios siderales,
vertebraciones opacas y claridades finales
de una selva de nadas.
Pero si tú no existieras
el verso moriría lentamente.
Vaguedad. Coriente.
N
Simplemente….
no hay poesía.