Me he refugiado en las leyendas

Me he refugiado en las leyendas y he escrito un libro hermoso ausente de palabras porque es sólo un olvido y un canto hacia el fluir de las dudas. Con el maravilloso descubrimiento de las metáforas ocultas, una lágrima de cristal me ha enseñado a caminar por un nuevo mundo, el mundo de los misterios. Y así, arrastrando las dudas, me he convertido en cántaro de fe. Pero sigo teniendo miedo a la liturgia de las soledades. Me estoy contemplando en la imaginación de las alas humanas y pienso que es mejor no existir dentro de ningún mensaje; que es mejor que el mensaje sea una especie de locura individual para encontrar la salvación de unos pensamientos llamados silencios. No lo sé exactamente, pero cada vez estoy más convencido de que el último objetivo de mi memoria es pedir que me envuelvan los años en el idioma de las ideas ausentes; las ancestrales ideas ausentes de las leyendas. Sigue Leyendo...

A Zen To (Zen)

Todos tenemos un mundo interior y un mundo exterior. Somos, a la vez, lo que verdaderamente somos y lo que aparentemente somos a los ojos de los demás. En este contexto de la dualidad evidente de nuestras naturalezas humanas, siempre existe una verdad última que nunca puede ser expresada en su completa dimensión ni por la palabra escrita ni por la palabra hablada porque podemos llegar a deducir que la comunicación interpersonal también tiene límites. Por eso siempre somos aproximaciones a nosotros mismos en lugar de nosotros mismos en totalidad. En ese sentido, si alguien pregunta sobre la verdad y otro la responde, ninguno de ellos la conoce porque la verdad no está contenida ni por palabras ni por letras; la verdad está grabada y apuntada en la mente humana. Sigue Leyendo...