Me he refugiado en las leyendas y he escrito un libro hermoso ausente de palabras porque es sólo un olvido y un canto hacia el fluir de las dudas. Con el maravilloso descubrimiento de las metáforas ocultas, una lágrima de cristal me ha enseñado a caminar por un nuevo mundo, el mundo de los misterios. Y así, arrastrando las dudas, me he convertido en cántaro de fe. Pero sigo teniendo miedo a la liturgia de las soledades. Me estoy contemplando en la imaginación de las alas humanas y pienso que es mejor no existir dentro de ningún mensaje; que es mejor que el mensaje sea una especie de locura individual para encontrar la salvación de unos pensamientos llamados silencios. No lo sé exactamente, pero cada vez estoy más convencido de que el último objetivo de mi memoria es pedir que me envuelvan los años en el idioma de las ideas ausentes; las ancestrales ideas ausentes de las leyendas.
3 comentarios sobre “Me he refugiado en las leyendas”
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Son las ideas las que nos hacen ser palabras o son las palabras las que nos hacen ser ideas. Quizás ambas cosas a la vez. Lo importante de tu texto es que al leerlo me siento idea y palabra y viceversa. Por eso me llena de mensaje.
El cuerpo es una enorme ciudadela de metáforas.
Muchos besos, Diesel.
He leído y releído tu texto…, me he dejado perder en los dobles sentidos, tratando de como tu dices “no perderme en ningún mensaje…”, dejándome en “mi locura individual”…
me he sentido tan tu, tan yo…, que en este momento disfruto del calor de mi silencio…, no hay soledad en los silencios cálidos…
un abrazo